"La culpa" es de los mismos entrenadores

La sanción a Vicente Moreno por parte del comité de competición, de tres partidos es totalmente desproporcionada. Razón tiene el técnico del Real Mallorca cuando argumenta que los entrenadores se sienten indefensos ante los árbitros. Cualquier grito o consejo hacia sus jugadores es considerado como un desprecio hacia los colegiados.

Junto a ellos en el banquillo se sitúa, el llamado cuarto árbitro, o el sobrero, como le llama la gente del fútbol. O como decíamos antaño en el colegio, el chivato, que avisaba al profesor de quien se portaba mal.

Con todo mi respeto y aprecio hacia este colectivo. Unos lo harán mejor y otros peor. Por ejemplo el pasado domingo en Córdoba. El colegiado López Toca estuvo desacertado, otorgó dos goles en clarísimo fuera de juego y el juez de línea señaló otro totalmente inexistente de los que nunca deben señalarse. Esto es fútbol y su polémica.

En toda esta historia solo hay un problema. Los entrenadores deberían ser más respetados y hacerse oír en los medios. Los jugadores han conseguido ser respetados y oídos, porque existe la AFE. Los entrenadores, que cuentan con un su propio comité, poco hacen y si hacen se desconoce y encima como si no existieran.

Los técnicos deben conseguir que no se les marque de tan cerca. Que puedan dirigirse a sus jugadores para dar las órdenes oportunas y, si realmente insultan que sean expulsados.

De no ser así, que el entrenador se siente en cualquier sitio del campo, que nos les dejen levantar del banquillo. O copiemos lo del basket, tiempos muertos durante el encuentro. Como señalaba antes han de ser los propios entrenadores los que protesten y solucionen sus problemas.

La verdadera realidad es que Moreno tendrá que ver desde la grada tres partidos: Numancia, Rayo Majadahonda y Málaga.