Pirotecnia: una tradición que provoca sufrimiento
El comienzo del nuevo año tiene una banda sonora identificativa y mundialmente conocida: los fuegos artificiales. Una práctica extendida como tradición que, sin embargo, provoca un gran malestar y enciende la polémica.
Y es que, desde hace años, colectivos animalistas luchan por eliminar el uso de la pirotecnia. Los animales, sobre todo los perros, sufren con los estallidos de este material debido a su gran sensibilidad auditiva. No es poco habitual que las mascotas tengan ataques de pánico, se escapen de casa e incluso mueran por el sobresalto que provoca el uso de fuegos artificiales.
Por si fuera poco, sin embargo, los más pequeños de la familia tampoco disfrutan especialmente con esta supuesta diversión. Sobre todo, altera a aquellos niños con condición dentro del Síndrome del Espectro Autista. Las personas con autismo, que padecen de hipersensibilidad auditiva, sufren con el uso de la pirotecnia debido a que sus sentidos son más susceptibles a fenómenos auditivos intensos.
Un susto innecesario que podría ahorrarse con no encender la mecha.