Palma se rinde a la Virgen de la Esperanza en su coronación
La Cofradía de Ntra. Sra. de la Esperança i de la Pau culmina su centenario con un emotivo acto histórico, la máxima distinción que otorga la Iglesia Católica a una imagen mariana.

>> El Papa Francisco y la Reina Sofía han enviado cartas de felicitación para conmemorar el centenario de la Cofradía y este hecho tan trascendental.
>> El Obispo de la Diócesis de Mallorca, Monseñor Sebastià Taltavull, ofició el acto.
>> El manto de la Virgen ha sido restaurado en Sevilla en el taller Francisco Carrera Iglesias.
>> Se convierte en la primera imagen perteneciente a una cofradía penitencial y procesional en obtener este rango.
La celebración del centenario de la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperança i de la Pau ha culminado esta tarde con un acontecimiento histórico y de gran trascendencia para la devoción mariana en Mallorca: la coronación canónica de la Virgen de la Esperanza.
Este acto marca un antes y un después en el fervor religioso de la isla, consolidándose como un hito que quedara grabado en la memoria colectiva de los mallorquines. La solemne ceremonia se ha celebrado en la Basílica de Sant Francesc, que ha lucido espléndida de flores y abarrotada de fieles para la ocasión.
Presidida por Monseñor Sebastià Taltavull, obispo de la Diócesis de Mallorca, el acto ha contado además con la presencia de autoridades del Parlament, Govern, Consell y Ajuntament de Palma, así como con presidentes y miembros de cofradías de Palma y part forana y una amplia representación eclesiástica, que se han unido a esta celebración.
Durante la misa, caracterizada por una profunda emoción y solemnidad, el obispo colocó la corona sobre las sienes de la venerada imagen, un gesto que simboliza el reconocimiento de su profundo arraigo en la devoción popular. La coronación canónica es un privilegio reservado a aquellas imágenes marianas que poseen una destacada tradición de veneración entre los fieles.
En el caso de Mallorca, no se celebraba un acto de esta naturaleza desde 1967, cuando Santa María la Mayor de Inca fue coronada.
Con este reconocimiento, la Virgen de la Esperanza se convierte en la primera imagen de una cofradía penitencial y procesional en recibir este rango, sumándose a otras figuras icónicas como la Virgen de Lluc, coronada en 1884; la Virgen de la Salud, en 1931; y la Virgen del Puig de Sant Salvador de Felanitx, en 1934.
El presidente de la Cofradía, Pedro Barceló, ha explicado el significado espiritual de este momento al afirmar que “la coronación canónica simboliza y reconoce nuestras debilidades como seres humanos, al tiempo que rinde gloria y homenaje a la Santísima Virgen María, Madre de Dios. Ella fue la humilde sierva del Señor durante su paso por la tierra: se entregó por completo a su Hijo y a su obra; con él, y bajo él, fue un instrumento de nuestra redención”. Barceló también ha detallado que para esta coronación se ha utilizado la tradicional corona de salida de la Virgen, una pieza emblemática que luce cada Semana Santa en sus procesiones. La corona, de estilo neobarroco, está realizada en orfebrería de oro y es de tipo real. Consta de una canastilla decorada con seis florones en forma de hojas de apio, alternados con seis puntas más bajas y el mismo número de diademas de oro rematadas con un orbe cruzado en la parte superior. Además, está ricamente adornada con piedras preciosas como esmeraldas, rubíes y aguamarinas. El halo, calado y también de oro, sigue un diseño de formas curvilíneas concéntricas. En su borde exterior se encuentran rayos y doce estrellas, culminando con una cruz de diamantes decorada con más piedras preciosas. Esta joya fue elaborada en los prestigiosos talleres de la joyería Casa Codina de Palma entre 1953 y 1954.
La venerada imagen de Nuestra Señora de la Esperanza es una talla de cuerpo completo y de tamaño natural, obra del escultor catalán Josep Viladomat i Massanes. Fue bendecida el 11 de abril de 1954, Domingo de Ramos, por D. Juan Hervás Benet, obispo de Mallorca. Su expresivo rostro, caracterizado por una dulzura serena que refleja la verdadera esperanza cristiana, la ha convertido en un icono de devoción no solo para los miembros de su cofradía, sino también para toda la ciudad de Palma y la isla de Mallorca. La posición de sus manos, abiertas en un gesto de acogida, simboliza consuelo y refugio para quienes buscan alivio a sus penas.
Como parte de los preparativos para este significativo evento, el manto de la Virgen ha sido restaurado en Sevilla en el taller Francisco Carrera Iglesias. Esta pieza, de estilo barroco, presenta un diseño simétrico con cartelas en sus bordes que incluyen símbolos marianos. El manto se divide en dos secciones: el borde, que contiene las cartelas, y el centro. En la cola del manto destaca el escudo nobiliario de la familia March, bordado en oro y sedas de colores sobre terciopelo verde, una obra de gran maestría que realza la magnificencia de la imagen.
El acto litúrgico estuvo acompañado por la actuación del Coro de Adultos de Sant Francesc y el organista Arnau Reynés, quien aportó una banda sonora sublime y espiritual a esta jornada inolvidable. Además, el Papa Francisco ha enviado una carta de felicitación para conmemorar el centenario de la Cofradía y este hecho tan trascendental. También, se ha recibido un mensaje de felicitación de la Reina Sofía, presidenta de honor del evento.
La coronación canónica de la Virgen de la Esperanza representa no sólo un logro espiritual para la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza y de la Paz, sino también un motivo de orgullo para toda la comunidad palmesana y de la Part Forana, que celebra así una de sus tradiciones religiosas más arraigadas.