"Hemos revisado estos casos con las autoridades sanitarias europeas. Hemos tomado la decisión de retrasar proactivamente el lanzamiento de nuestra vacuna en Europa", explica Janssen en un comunicado.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, avanzó la semana pasada que España iba a recibir este miércoles 300.000 dosis de la vacuna de Janssen, que solo precisa de una dosis para inmunizar frente a la COVID-19. Por ejemplo, País Vasco ha detallado que iba a recibir hasta 6.850 dosis mañana, mientras que Cantabria alrededor de 6.000.
Sobre estos casos de trombos en combinación con plaquetas bajas que se han notificado en Estados Unidos, Janssen ha defendido que está "al tanto" de la recomendación de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de pausar la vacunación con su inyección.
"La seguridad y el bienestar de las personas que utilizan nuestros productos es nuestra prioridad número uno. Estamos al tanto de un trastorno extremadamente raro que involucra a personas con coágulos de sangre en combinación con plaquetas bajas en un pequeño número de individuos que han recibido nuestra vacuna COVID-19. Hemos trabajado estrechamente con expertos médicos y autoridades sanitarias, y apoyamos firmemente la comunicación abierta de esta información a los profesionales sanitarios y al público", pormenoriza la compañía.
La decisión ha tenido lugar después de que el diario 'The New York Times' informara de que seis personas que habían sido vacunadas con estos viales sufrieron una serie de trombos en las dos semanas posteriores a la vacunación, de las cuales una de ellas falleció.
Estos seis casos, sin embargo, constituyen un bajo porcentaje frente a las más de 6,8 millones de dosis de la citada farmacéutica que han sido administradas en todo el país. En todos los casos se trata de mujeres de edades comprendidas entre los 18 y 48 años, y todas ellas presentaron síntomas entre seis y trece días después de la vacunación.
Las autoridades sanitarias estadounidenses aconsejan que las personas que hayan recibido la vacuna de Janssen contra la COVID-19 y desarrollen dolor de cabeza intenso, dolor abdominal, dolor en las piernas o dificultad para respirar en las tres semanas siguientes a la vacunación se pongan en contacto con su profesional sanitario.