Según ha informado este viernes la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio en un comunicado, hasta ahora no se habían registrado casos similares, lo que ha permitido comprobar los resultados de la cría en cautividad de esta especie.
Así, la revisión que se le ha practicado ha permitido confirmar que la tortuga, después de estar un año en cautividad, se ha adaptado bien al medio natural.
De hecho, se ha constatado que ha engordado y ha crecido en un momento poco favorable para ello como es el invierno. El personal también ha constatado que el estado externo y de reservas del ejemplar es muy bueno.
Marina, el ejemplar que se encuentra en el Oceanogràfic de Valencia, lleva incorporado un sistema de localización por satélite. El hecho de que haya vuelto a un centro de recuperación ha permitido actualizar el aparato, lo que alargará la vida útil del rastreo.
Este emisor fue colocado en este ejemplar y en cinco más para poder hacer un seguimiento por mar de estos animales. Además de Marina, cuatro tortugas más todavía conservan el dispositivo y se puede saber su localización a través de una web.