Así lo ha reconocido el presidente de la Asociación Balear de Servicios Inmobiliarios (ABSI), Antoni Gayà. Hace más de un año y medio que ABSI mantuvo reuniones con el conseller de Vivienda, Marc Pons, para tratar precisamente la profesionalización de la figura del agente inmobiliario y la creación de una comisión deontológica. Desde un primer momento se percibió "muy buena sintonía" pero después se paralizó todo debido a la situación sanitaria.
Además, con la reapertura de la actividad post confinamiento, desde ABSI han detectado que "han aflorado agentes inmobiliarios sin agencia física cuyo único propósito es mirar por sí mismos" y creen que, "además de perjudicar a la profesión, es muy arriesgado porque no se garantiza una formación regulada ni solvencia ni profesionalidad".
Por ello, desde la entidad piden retomar los encuentros con el Govern para poner nuevamente en marcha la regulación del sector. "Somos profesionales que nos hemos formado y damos lo mejor de nosotros para hacer más fácil la compra o el alquiler de una vivienda. Queremos que se ponga en valor nuestro trabajo a través de la regulación y profesionalización del agente inmobiliario mediante la exigencia de requisitos formales y de conocimiento para toda persona que quiera dedicarse a la profesión inmobiliaria", ha destacado Gayà.
"Queremos que se ponga fin a las estafas producidas por falsos agentes inmobiliarios que acaban con los ahorros de los ciudadanos. Estas malas prácticas serían más difíciles de llevar a cabo si se regulara oficialmente la profesión. Nuestro trabajo consiste en facilitar al cliente; comprador/vendedor, arrendador/arrendatario, las gestiones en la adquisición de una propiedad, ya sea por su venta o por el alquiler", advierte Gayà, añadiendo que "también damos seguridad jurídica a las operaciones y ello, indiscutiblemente da tranquilidad a unos y otros porque solo desde las inmobiliarias se puede garantizar el equilibrio".