"Mi padre empezó a trabajar en un horno a los 19 años. Aprendió el oficio y, cuando tuvo la oportunidad, compró un local y se estableció por su cuenta. Hace cuatro años y medio que se jubiló y yo he cogido el relevo", asegura Fullana, quien conoce desde niño los secretos de la panadería y la repostería.
Muchos aseguran que en el Forn de Sa Creu de Algaida se encuentra el mejor pan de Mallorca. "El horno de leña es lo más importante. Quedan muy pocos en la Isla y le dan un toque especial al producto final", ha reconocido el propietario.
"A pesar de que ahora el pan moreno esté en muy buena consideración, antes era considerado el pan de los pobres. Comprar a diario era un lujo, y mucho más comprar pan blanco. Existen multitud de refranes y gloses que hacen referencia a ello, como aquella que dice mon pare i ma mare són de Sant Joan. Varen vendre s'ase per poder comprar pà blanc", ha recordado Fullana.
Es tal la fama que han alcanzado los panes del Forn de Sa Creu, que Fullana asegura que "solo me dedico al pan blanco y al pan moreno. No tengo integral, ni de centeno, ni con pipas. No me quiero arriesgar a perder la calidad de mi pan por intentar hacer cosas nuevas", ha reconocido Fullana.
"La presencia de la Covid-19 nos ha afectado como a todos. Nos hemos ido adaptando a las restricciones y las medidas de seguridad que se han ido implantando. El uso de mascarilla es obligatorio, disponemos de un dispensador de gel hidroalcohólico y de mamparas. Además, los clientes respetan de manera autónoma la distancia de seguridad", ha asegurado el propietario del Forn de Sa Creu.