Hasta dos años, dependiendo del tipo de licencia, puede esperar un propietario o promotor para recibir el beneplácito de de Cort para poder empezar las obras. Un retraso que se ve agravado, sobre todo, si el trámite depende de un informe previo del departamento de Recursos Hídricos de la Conselleria de Medi Ambient.
Sea como sea, y en el mejor de los casos, la espera para poder arrancar los trabajos será, como mínimo, de nueve meses.
¿Los motivos? Desde defectos de forma en la presentación de documentación por parte de los interesados, pasando por la falta de personal que ya están intentando solucionar desde Cort, hasta el retraso en la redacción de informes externos a la administración municipal.
Algunos departamentos del área de Urbanismo del Ajuntament de Palma han conseguido mejorar sus tiempos de espera, pero no todos. No está de más recordar el impacto económico que supondría poner en marcha los centenares de proyectos de construcción, reforma y restauración que están paralizados por culpa de la lenta burocracia o la falta de eficiencia en la Administración a la hora de reforzar departamentos donde sabe que anda escasa de personal.
La ley establece que las administraciones disponen de un plazo máximo de tres meses para otorgar o denegar licencias de obra. Unos plazos que, desde hace ya demasiados años, es evidente que no se cumplen.