Son muchos los motivos que hacen de las lágrimas de San Lorenzo la mejor lluvia de estrellas del año: la temperatura, la ausencia de nubes y el número de estrellas fugaces que se ven (casi 100 por hora).
Este año las lágrimas de San Lorenzo serán más especiales que en otras ocasiones porque el pico máximo de Perseidas, entre las noches del 11 y el 13 de agosto, coincidirá con la luna en fase menguante, lo que significa que el satélite molestará menos (en concreto el día 13 estará iluminada un 38%) y permitirá ver la lluvia de estrellas en todo su esplendor.
A pesar de su magia, la luna supone un gran estorbo para una buena observación del cielo nocturno porque deslumbra. Este año podremos ver las Perseidas a la perfección, según informa el departamento de Meteorología de Meteored.
Las Perseidas son partículas muy pequeñas, algunas incluso más que granos de arroz, que se desintegran al cruzar la atmósfera a gran velocidad. Pero esto solo pasa cuando la Tierra cruza la zona del espacio donde hay restos del cometa Swift-Tuttle.
El nombre que adquiere esta lluvia de estrellas se debe a que tiene como radiante la constelación de Perseo, de donde todas parecen venir.
Una lluvia de estrellas no es un fenómeno que tenga hora de inicio y final. Desde hace semanas se pueden ver algunas Perseidas, tampoco es imprescindible esperar a las noches de mayor cadencia.
Cualquiera que tenga una cámara réflex y un trípode puede capturar una estrella fugaz. Lo primero, y más importante, además de esperar a que el cielo esté totalmente oscuro, es alejarnos de la contaminación lumínica.
Necesitaremos realizar una foto de larga exposición y con un gran campo de visión. Sería conveniente contar con un disparador a distancia con cable o remoto; jugar con el ISO, subiéndolo si es necesario, pero no demasiado para que no se aprecie el grano; y finalmente abrir todo lo que podemos el diafragma del objetivo.
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