Los exámenes, a los que se presentan cada año más de 200.000 estudiantes en toda España, se han realizado con medidas excepcionales para evitar contagios, como el uso de mascarillas o la multiplicación de sedes, incluyendo pabellones deportivos o recintos feriales, que han facilitado el mantenimiento de dos metros de distancia entre estudiantes.
En Aragón, por ejemplo, se ha pasado de las 14 sedes del año pasado a 84, y su Gobierno recomendó acudir a pie a los exámenes para prescindir del uso del transporte público, mientras que en Asturias se han transformado pabellones deportivos de Oviedo y Gijón en enormes salas de exámenes, aunque no tan grandes como el inmenso Bilbao Exhibition Centre (BEC) de Barakaldo (Vizcaya), un recinto ferial que también ha acogido las pruebas en País Vasco.
En cualquier caso, los estudiantes han tenido que acudir a las sedes de la EBAU con antelación, estando vetada la asistencia de personas que mostrasen síntomas de coronavirus. De hecho, algunas comunidades recomendaron medirse antes la temperatura corporal. Tampoco se ha admitido la compañía de familiares en los recintos salvo para estudiantes con diversidad funcional. Y antes de tomar asiento, todos han tenido que limpiarse las manos con gel hidroalcohólico.
Dentro del aula, además de la desigual obligación de usar mascarillas, las instrucciones han diferido en cada comunidad. En Castilla y León, los estudiantes han tenido que guardar sus materiales en bolsas de plástico, mientras Asturias obligaba a recogerse el pelo a los jóvenes melenudos, así como a hacer todas las pruebas en el mismo asiento del aula. A la hora de entregar los exámenes, Andalucía recomendaba el uso de guantes. Después, los folios pasaban seis horas "hibernando" antes de que los vuelva a tocar otra persona en esta comunidad.
La salida del aula ha sido igual de ordenada y pautada para impedir los corrillos de estudiantes. Mientras Extremadura prohibía "reuniones de grupo por mínimas que sean en los descansos" y comer en espacios cerrados, Madrid aconsejaba acudir a las pruebas con "agua, alimentos y material para su consumo personal". Y en Cataluña, directamente, se prohibió el uso de máquinas expendedoras de comida y fuentes de agua.
En la mayoría de comunidades autónomas se han celebrado las pruebas sin ningún tipo de incidente. De hecho, tal y como destacó este martes la ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, las pruebas se estaban celebrando "con normalidad". Y eso que, según afirma a Europa Press el secretario de Estado de Educación y FP, Alejandro Tiana, ha habido un incremento en el número de alumnos que se han presentado a las pruebas este año con respecto a 2019.
La Selectividad de 2020 estaba prevista inicialmente a principios de junio en todas las comunidades autónomas. El estado de alarma, que decretó el cierre de todos los centros educativos el 16 de marzo, obligó a retrasar la fecha de las pruebas. Esa fue la primera gran decisión en el ámbito educativo acordada por el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas durante el confinamiento.
Navarra ha sido la comunidad que más temprano ha iniciado los exámenes de Selectividad, entre el 23 y 26 de junio. También Asturias y Extremadura comenzaron esta convocatoria en junio, en concreto, el día 30, alargándose en ambas hasta el 2 de julio.
En los primeros días de julio, del 1 al 3, fue el turno de los estudiantes de Castilla y León y de Canarias, aunque en el caso de los del archipiélago, la Selectividad se extendió hasta el día 4.
Del 6 al 8 de julio fueron los alumnos castellanomanchegos, murcianos y vascos los que realizaron las pruebas. También se celebraron estos días los exámenes en la Comunidad de Madrid, aunque en este caso se alargaron un día más, hasta el 9 de julio.
Y en las comunidades de Andalucía, Aragón, Baleares, Cataluña, Galicia y Comunidad Valenciana, la Selectividad se desarrolló entre el 7 y el 9 de julio, siendo los de Cantabria y La Rioja los que más tarde han celebrado la actual EBAU, del 8 al 10 de julio.