Por eso pide a los Mossos d’Esquadra que analicen los terminales electrónicos incautados en los registros. “Al poder haber sido borrados más ficheros como los descritos, sólo un minucioso estudio de los dispositivos informáticos permitiría la obtención de información”, argumenta el auto.
Según recoge El Español, el juez abre así la puerta a la posibilidad de que los padres Nadia no sólo tomasen imágenes de su hija de contenido sexual, sino que además las compartiesen a través de las redes. Por ello pide a la Unidad Central de Informática Forense de los Mossos d’Esquadra “localizar cualquier tipo de archivo de carácter sexual en el que haya presencia de menores de edad, este borrado o no, y determinar si los archivos localizados han sido compartidos y distribuidos con otros usuarios". Además, el magistrado pide "identificar cualquier indicio o rastro digital de consultas a páginas de contenido pedófilo o similar”.
Como adelantó EL ESPAÑOL, los archivos que han generado esta nueva investigación en torno a Fernando Blanco y Margarita Garau -investigados ya por estafa-, fueron hallados en el mismo coche en el que los Mossos creen que el padre iba a darse a la fuga. El juez se muestra contundente al argumentar la más que posible culpabilidad de los padres de Nadia: “no nos encontramos con una mera sospecha, sino en la constancia y evidencia de claros indicios objetivados”.
En el ‘pen drive’ hay dos tipos de fotografías, unas en las que los padres “aparecen manteniendo relaciones de forma explícita en la cama” y otras en las que la menor sale “de forma constante desnuda posando con un innegable contenido sexual”. Sobre esto último, el juez llega a explicar en su escrito a qué se refiere cuando dice “contenido sexual” detallando “las poses de la niña”. Este periódico ha decidido, por su dureza, no reproducir esos detalles que vienen recogidos en un auto judicial cuya finalidad no es ser publicado.
En el margen inferior izquierdo de alguna de estas fotografías en las que los padres aparecen manteniendo relaciones sexuales se pueden apreciar unos pequeños pies que “por edad y por tamaño se podrían corresponder con los de su hija menor de edad Nadia Nerea”. "La menor a pesar de la enfermedad padecida, necesariamente debía entender la significación de los actos que sus progenitores realizaban no solo en su presencia, sino en la misma cama en la que ella se hallaba", apunta. Este tipo de imágenes entrarían dentro de la calificación delictiva de exhibicionismo o provocación sexual.
No deja lugar a dudas la redacción del Código Penal al respecto: por exhibicionismo y provocación sexual se entiende "ejecutar actos de exhibición obscena ante menores de edad o personas con discapacidad". Estas conductas están castigadas con penas de entre seis meses a un año de cárcel. Vender o difundir imágenes de pornografía entre menores o con discapacidad conlleva idéntica pena.
Por su parte, el tipo de fotos con posados sin ropa de la menor ya entraría en una calificación superior al entenderse como un posible delito de explotación sexual agravado porque Nadia tiene menos de 16 años y porque serían sus padres quienes le habrían tomado las fotografías. En este caso, el Código Penal contempla penas de hasta ocho años de prisión para quien explote a un menor o a una persona con discapacidad para fines relacionados con la prostitución y a la explotación sexual y la corrupción de menores. En caso de ser condenados por ambos delitos podría acarrearles una pena de hasta nueve años de prisión.
El Español recoge que el juez hace hincapié en sus argumentos en diferenciar lo que es una injerencia de la intimidad y la persecución de un delito grave. Por ello limita el nuevo análisis de los dispositivos informáticos a aquellos que pudieran tener una relación directa con los hechos objeto de investigación en la presente causa.
En concreto, se van a revisar 13 ‘pen drives’, siete tarjetas de memoria, tres discos duros, dos teléfonos Iphone, dos Macbook y un Ipad. También una pantalla HP Pro. Estos elementos fueron aportados voluntariamente por los padres de Nadia a los que el juez va a pedir las contraseñas de seguridad de los dispositivos electrónicos que necesiten clave de acceso. Lo hará el viernes cuando Fernando Blanco -en prisión preventiva- y Margarita Garau acudan a su Juzgado para declarar por estos hechos.