En primer lugar, la alcaldesa ha confesado la preocupación que existe en Es Migjorn Gran. “Es una situación muy difícil que nunca habíamos vivido antes pero lo llevamos con la máxima fuerza para ayudar a todas las personas”, ha declarado Camps.
Las graves consecuencias ocasionadas por la pandemia han obligado a todos los ayuntamientos a reestructurar los presupuestos iniciales. Es Migjorn Gran, no ha sido una excepción.
Camps ha explicado que una de las prioridades del Ajuntament es estar lo más cerca posible del colectivo más vulnerable de esta crisis: “Cada día visito a personas mayores para tener la garantía de que no les falta de nada. Además los servicios sociales se encargan de que todas sus necesidades estén cubiertas”.
Pese a las dificultades económicas que vive el municipio menorquín, desde el inicio de la crisis, el Consistorio decidió rebajar la presión tributaria de sus residentes. Tal y como ha explicado Antònia Camps, “Es Migjorn Gran fue uno de los primeros municipios en retrasar el pago del impuesto sobre bienes inmuebles”.
En referencia a medidas para impulsar a los comercios, Camps ha explicado que están adoptando decisiones en ese sentido. “Para empezar no cobraremos la tasa de ocupación de la vía pública. Además, otra de las medidas contempla que si se realizan nuevas obras sean los constructores del propio municipio los que las lleven a cabo”, ha declarado Camps.