¿Podemos querer lo que ya tenemos? ¿Podemos continuar apreciando aquello que forma parte de nuestra vida desde hace tiempo? ¿Pueden pasarnos desapercibidas cosas que forman parte de nuestro día a día, aunque las tengamos delante de los ojos de manera constante?
Pues bien, la respuesta es simple y se llama SÍ.
El ser humano se acostumbra a las cosas que tiene, hasta que tarde o temprano, termina olvidando aquellos beneficios que le aporta, la parte bonita de tenerlas y opta por vías alternativas, caminos más cortos, más rápidos o más baratos.
Ahora mismo, sin ir más lejos, recuerdo que todas las tardes al volver del trabajo paso por la frutería de Tomeu, un tipo mallorquín que lleva 23 años regentando la frutería del barrio. Mi abuela le compraba unos tomates con un sabor lleno de vida, de matices, de cultivo, de trabajo. Hacía mucho tiempo que no compraba ahí…casi nunca tengo tiempo y termino haciendo la compra online. Estos días de confinamiento he ido a ver a Tomeu para comprarle fruta y verdura y lo que he visto me ha hecho reflexionar: Entre todos los vecinos hemos devuelto la vida a la frutería de nuestro barrio, a nuestro comercio de proximidad, a nuestro producto local, nuestras buenas costumbres y tradiciones, aquello que define nuestra esencia… ¡Esta vez he aprendido la lección!
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PASTISSERIA REINA MARIA CRISTINA
RE ORGANIC RESTAURANT I MERCAT SOLLER
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