Tal y como ha explicado la restauradora Cecilia Ligero, uno de los equipos de trabajo se ha encargado de las reparaciones ocasionadas por las filtraciones en el muro. Mientras que el otro equipo ha llevado a cabo tareas decorativas como son la pintura mural del altar.
Las obras recuperadas datan de principios del siglo XIX, y estaban en mucho peor estado de lo que los equipos de restauración tenían previsto. Así, se esperaba que la perdida de la policromía fuese del treinta por ciento y no del ochenta por ciento como así ha sido.
Para evitar futuras filtraciones, también se han realizado tareas de mantenimiento en el exterior del edificio ya que fue desde ahí que se iniciaron las filtraciones. En total el coste de las restauraciones ha sido de 137.000 euros, una cantidad que será asumida por el obispado de Menorca mediante donaciones.