La Alianza Europea para la Salud Sexual decidió, y muy acertadamente, que el día de San Valentín fuera también el Día Europeo de la Salud Sexual. Que el día del amor romántico y amor erótico pase de ser un día de regalos y amor idealizado, y se recuerde la importancia de la salud sexual, de saber cuidarse y cuidar a la otra persona, del respeto de los derechos sexuales y disfrutar así de un amor “lleno de salud” es algo esencial, ya que hay una gran falta de concienciación respecto a su repercusión en nuestra vida diaria.
Por otro lado, no hay que olvidar la gran barrera que hay hoy en día para hablar de enfermedades de transmisión sexual o problemas en nuestra sexualidad en lo que respecta a la relación médico paciente. Muchas personas no se atreven a preguntar a sus médicos acerca de ellas por vergüenza a ser juzgados; por otro lado, aún hay médicos que temen hacer ciertas preguntas por no crear un ambiente hostil con el/la paciente, o directamente porque no están formados en sexualidad, evitando a veces también ciertas respuestas a las preguntas de los pacientes. Esto sigue siendo, aún, un problema muy importante a vencer.
Por ello, es importante recordar que la sexualidad puede ser fuente de salud y placer, o se puede convertir en un problema de salud que afecte a nuestra calidad de vida y la relación con nuestra pareja. Y, como siempre recordamos, para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y cumplidos. De ahí la importancia de este día.
Para mí, la definición dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es completamente acertada: "La salud sexual se define como un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es meramente la ausencia de enfermedad, disfunción o debilidad. La salud sexual requiere un acercamiento positivo y respetuoso hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de obtener placer y experiencias sexuales seguras, libres de coerción, discriminación y violencia.”
En ella se tiene en consideración tanto el componente físico como el emocional-mental, así como la influencia de la sociedad en todo su proceso, algo esencial en la definición de la salud sexual. Va más allá del coito y de la relación de pareja: hablamos de salud, de respeto hacia las otras personas, erradicando la violencia de género, fomentando la protección frente a las enfermedades trasmisibles, y el disfrute de una sexualidad como parte integral de una vida sana, segura y feliz.
Hay varios puntos a recordar, principalmente 3:
-Primero: protección mediante métodos barrera como el preservativo en relaciones sexuales, sobre todo con nuevas parejas. Hay que recordar que no solo es el embarazo lo que buscamos prevenir, sino las enfermedades de transmisión sexual (ETS). En los últimos tiempos, ha disminuido el uso de los preservativos y ha aumentado mucho la incidencia de las ETS, y esto se debe a que, por un lado, se tiene menos miedo al embarazo (tenemos la píldora del día después, los anticonceptivos, las posibilidad de aborto…) y no se tiene consciencia de todas las enfermedades que se puedan contraer (solo parece que viene a la cabeza cosas como el VIH o la sífilis, las cuales parecen que quedaron “extinguidas” en el pasado), y además siempre se piensa la frase de “esto no me va a pasar mi”…
Hay que recordar que hay muchas otras enfermedades y muy graves, como, por ejemplo, la Chlamydia, que pueden ser causa de enfermedad inflamatoria pélvica y afectar directamente a la fertilidad, o el Virus del Papiloma Humano (VPH), causa de cáncer de cuello de útero, de ano, de pene entre otros.
- Segundo: Realizar las revisiones de salud. Es importante acudir a las revisiones ginecológicas y urológicas rutinarias, porque se diagnostican cosas que no dan síntomas: de ahí la clave en la prevención. Además, debemos romper la barrera de la que hablábamos al principio y consultar con su médico los problemas de salud sexual que se tengan, sin miedos y sin tabúes. Podemos aconsejar, además, sobre los métodos anticonceptivos que se adapten mejor a cada persona. Los profesionales de salud estamos para ayudar.
- Tercero: ser asertivos. La asertividad es la capacidad de expresar los que realmente quieres sin dañar al otro al hacerlo (sería el punto de equilibrio entre el ser “sumiso” y el ser “agresivo”). Esto nos va a permitir disfrutar de una vida sexual sana, en la que podamos expresar libremente nuestros deseos, respetándonos a nosotros, y a los demás y haciendo prevalecer nuestros derechos sexuales.
La verdad es que tenemos la suerte de disponer de personal muy cualificado y muy cercano, siempre dispuesto a ayudar.
Por un lado, desde la ginecología hacemos las revisiones rutinarias, que incluyen citología para descartar infección por el VPH (y evitar, así que llegue nunca a un cáncer), ecografía para valorar todo el aparato genital interno y también consultas individualizadas por diferentes problemas como infecciones vaginales o pélvicas, relaciones sexuales de riesgo, problemas de sequedad vaginal o deseo de anticoncepción.
Por otro lado, desde la consulta de uro-ginecología (o consulta médica de suelo pélvico), valoramos problemas como dolor pélvico agudo o crónico, infecciones vaginales y/o urinarias de repetición, dispareunia o dolor con las relaciones sexuales (entre ellos, problemas de vaginismo), y cualquier causa de disfunción sexual tanto en el hombre como en la mujer.
Lo principal ante cualquier problema sexual es acudir a consultarnos para realizar una valoración y asesoramiento personalizado.
El ser ginecóloga y sexóloga, además de especialista en suelo pélvico, me ha ayudado mucho a dar un enfoque multidisciplinar al diagnóstico y tratamiento de la patología sexual. Además, el contar con la ayuda de mi compañera uróloga Lorena Fernández, complementa perfectamente nuestro todo en el estudio del suelo pélvico, incluyendo la patología en el varón.
En general, el perfil de paciente que llega a consulta de Uro-ginecología es una mujer que lleva muchos años de profesional en profesional sin encontrar a nadie que diagnostique su problema, cansada de probar tratamientos que no funcionan y llegando incluso a asumir que su problema no tiene solución; muchas veces viene, además acarreando problemas de pareja o de sexualidad graves asociados.
En la Unidad de Uro-ginecología disponemos de una amplia gama de posibles tratamientos, los cuales adaptamos de forma personalizada a cada paciente. Entre ellos, disponemos de mediaciones específicas para cada caso, aparatología como el láser vaginal, infiltración de puntos gatillo o nervio pudendo vía vaginal, cirugías personalizadas (urológicas, especiales para el dolor pélvico…). Pero no sólo eso, sino que tenemos la suerte de contar con un equipo multidisciplinar que colabora con nosotros:
-Las compañeras de Fisioterapia de suelo pélvico, que tanto nos ayudan en problemas como contracturas suelo pélvico y dolores pélvicos, entre otros.
- Nuestra psicóloga-sexóloga Angélica Barrios, que complementa a la perfección los tratamientos de sexología que precisan atención psicológica continuada y/o terapia de pareja.
- La Unidad del Dolor, donde nuestros compañeros anestesistas nos apoyan en tratamientos que requieren infiltraciones y terapias más profundas.
Tenemos ya muchas/os pacientes contentas/os con los tratamientos realizados. Hay que decir que lo esencial para ello es hacer un buen diagnóstico, que el/la paciente entienda lo que tiene y su repercusión, y se involucre en el tratamiento (incluido a veces la pareja). El encontrar en nosotras esa ayuda, el ser médicos cercanos con ellas/ellos y el involucrarte en su tratamiento es esencial para su curación.
Efectivamente, el VPH es una de las ETS más frecuentes. Se considera que prácticamente toda o casi toda la población sexualmente activa ha estado o estará en contacto con este virus a lo largo de su vida, hombres y mujeres. Pero tener VPH no significa que definitivamente vayas a enfermarte de cáncer. En la mayoría de los casos, el VPH desaparece por sí solo en un periodo de 2-3 años, pero precisa llevar unas recomendaciones y un seguimiento por el personal sanitario.
El VPH, como hemos comentado, es causa de cáncer genital (cérvix, vaginal, pene, ano) como también de cáncer orofaríngeo. En otro de sus tipos, es el causante de las verrugas genitales, de rápida expansión por todo el aparato genital por ser muy contagiosas.
La información acerca del VPH está al alcance todo el mundo, pero mi sensación es que solo parece interesar cuando le pasa a uno mismo o a alguien conocido. Hemos dado charlas informativas acerca de este problema y la gente no acude. De hecho, el screening de VPH se realiza a través de la citología, y muy pocas mujeres saben realmente para qué sirve hacerlas (más bien las relacionan con infecciones vaginales como las cándidas), y se quedan sorprendidas si en algún momento les da positivo, por la “falta de información”.
Tenemos hoy en día de una vacuna preventiva, que incluye los tipos más importantes de VPH causantes de cáncer, e incluso de verrugas genitales. Tenemos la suerte de que se pone de forma gratuita y rutinaria a las niñas (y esperemos que pronto incluyan a los niños) en su calendario vacunal a la edad de 12 años, y aún hay padres que no quieren ponérsela a sus hijas… y yo digo “si hubiera una vacuna contra el cáncer, ¿no se la podrías?... Pues aquí la tienes”.
El equipo de ginecología estamos formados para tratar todos los estadios de la infección por el VPH: desde el diagnóstico (citología, verificación de virus, colposcopia y biopsia…), seguimiento del problema y eventual tratamiento, incluido el del cáncer avanzado (en colaboración con los médicos de Radio-Oncología, esenciales en llegados a esta etapa del cáncer).
Doy muchas charlas sobre sexualidad orientadas a la mujer en sus diferentes etapas, y considero que lo esencial es conocer de los cambios físicos y psicológicos de cada una de ellas, y cómo deberá adaptarse la sexualidad en cada caso. Lo más importante es estar bien informado acerca de lo que puede pasar y cómo solucionarlo, y siempre de fuentes certeras (ojo con el Dr. Google) y, en cualquier caso, venir a consultar con el personal cualificado.
Porque, como hemos visto, la salud sexual es parte esencial de nuestra salud y nuestra calidad de vida.