"El impacto de las olas nos ha arrancado toda la terraza. Nunca había visto un temporal así en Porto Colom", reconoce Kunz, quien se toma con cierto humor los daños que el viento y el mar han provocado en su establecimiento. "La sala de masaje está inundada de barro. Creo que voy a cambiar la oferta y voy a ofrecer un servicio de baño de fango", ha bromeado.
Kunz quería coger unos días de vacaciones antes de arrancar la temporada, algo que va a resultar del todo imposible. Por delante quedan muchas jornadas de limpieza y obras para recuperar el aspecto de su hotel antes de que sufriera en sus cimientos la fuerza de la naturaleza.
"El seguro está avisado desde ayer y estoy a la espera de la llegada de los peritos. Espero que vengan lo más rápido posible. En marzo queríamos abrir, pero no sé si voy a poder. Tengo que improvisar un poco para ofrecer un hotel decente para que la gente no se pueda quejar", ha concluido Kunz.