El acusado, de 48 años, ha alcanzado un acuerdo de conformidad con la Fiscalía en la vista convocada por la mañana en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Balears.
Los hechos se remontan al año 2013. El hombre regentaba un taller mecánico en Palma, del que era cliente la víctima. Aprovechando su relación de amistad con él, el acusado le convenció para que le prestase dinero, aparentando una solvencia de la que carecía.
En concreto, contó a su amigo que tenía propiedades inmobiliarias, además del taller, y que solamente tenía problemas puntuales de liquidez para hacer pago a la manutención de su hijo. Le dijo también que si no hacía frente a la deuda que tenía, sería ingresado en prisión.
Su amigo constituyó una hipoteca en garantía de un préstamo de 19.000 euros sobre un inmueble de su propiedad, y entregó el dinero obtenido al acusado. Pero el mecánico le dijo que no era suficiente y le apremió para que le diera más dinero.
Entonces, la víctima volvió a constituir una nueva hipoteca sobre el mismo inmueble, en garantía de un préstamo de 72.000 euros, que entregó en efectivo al acusado. Éste se quedó el dinero, salvo la cantidad necesaria para cancelar la hipoteca anterior.
El acusado nunca pagó la deuda con los prestamistas, que emprendieron acciones judiciales contra la víctima e incoaron la ejecución hipotecaria.
En virtud del acuerdo alcanzado en la vista de este miércoles, el acusado ha reconocido los hechos y ha evitado la celebración del juicio. La Fiscalía ha aceptado introducir en sus conclusiones la atenuante de dilaciones indebidas, porque la causa permaneció paralizada durante un año entre 2017 y 2018. No obstante, también se ha apreciado la agravante de reincidencia, porque el hombre ya fue condenado en 2009 por una estafa en Palma.
El acusado también deberá pagar una multa de unos 1.000 euros, indemnizar al perjudicado con 72.000 euros y hacerse cargo de las costas.