En una de las rotondas de la carretera de Valldemossa, hace poco más de diez días, apareció una gran corona funeraria postrada en un caballete y atada con bridas a uno de los pequeños olivos allí sembrados.
Alrededor de la corona hay velas que han sido encendidas, latas de cerveza, dedicatorias, un rosario y una pila de objetos que parecen proceder de un accidente de tráfico. Los vecinos de la zona no pueden precisar cuándo se instaló la corona, aunque algunos dicen haber visto las velas prendidas de noche.
Todo parece indicar que se trataría de una señal de duelo en recuerdo de un joven motorista que perdió la vida hace escasos días en la misma rotonda, aunque los vecinos no lo tienen claro pues también han hallado en la misma rotonda restos de huesos de animales en un envase de plástico que les hacen sospechar de otras actividades más paranormales.
Sea como sea, una gran corona funeraria (ahora ya bastante seca) decora una de las rotondas de la carretera Valldemossa. Quién la ha puesto allí, no se sabe. A pesar que los vecinos son recelosos, entienden también que pueda tratarse de una demostración de amor y respeto por algún fallecido. Este es el motivo por el que no han solicitado aún la retirada de las flores secas.