Este barco de AIDA Cruises tiene Palma como puerto base, y los sábados zarpa rumbo a Civitavecchia (Roma), y los viernes regresa a Palma desde Barcelona. Es el primero que usa Gas Natural Licuado (GNL) tanto cuando está amarrado en el puerto como al navegar, y sin duda su carácter pionero ha sido uno de los factores que han hecho que el jurado del prestigioso premio Blue Angel, que otorga junto con la Agencia Federal del Medio Ambiente alemana, le hayan otorgado esta reputada distinción.
El uso de GNL evita casi por completo las emisiones de partículas y óxidos de azufre, mientras que las emisiones de óxidos de nitrógeno y CO2 se reducen de manera sostenible. Se trata del combustible fósil más limpio, y su uso anticipa las líneas de futuro tanto de la compañía como del sector. AIDA Cruises proyecta que a finales de 2020 doce de sus catorce barcos podrán usar energía renovable. Asimismo, esperan que en 2023 hasta el 94% de los pasajeros viajen en barcos que puedan ser operados completamente con líquidos de baja emisiones.
El AIDAnova cuenta con una eslora es de 337 metros y 42 metros de manga. Ha sido construido en los astilleros Meyer (Papenburg, Alemania) y entró en servicio a finales del pasado mes de diciembre. Cuenta a bordo con 17 restaurantes, 23 bares, una gran zona de spa, teatro con visión de 360 grados, parque acuático, minigolf, pared de escala, piscinas, y un largo etcétera.
El director en España de la Asociación Internacional de Líneas de Crucero (CLIA), Alfredo Serrano, explica que “el gas natural licuado es una de las muchas soluciones que la industria de cruceros está implementando para minimizar su impacto ambiental y aumentar su eficiencia. La lista incluye medidas de eficiencia energética como la iluminación LED, sistemas de depuración de gases de escape, filtros, utilización de corriente de tierra…”.
Además, subraya que “teniendo en cuenta que la mayoría de los barcos de crucero están desplegados en diferentes regiones del mundo, se necesitaría una gran expansión de la infraestructura de GNL en todos los puertos de cruceros del mundo para convertir el gas natural licuado en una fuente de energía principal para todos los barcos, incluidos los de crucero”.
En el puerto de Palma el AIDAnova no puede recargar sus depósitos con este combustible ya que no cuenta con este servicio, y tiene que hacerlo en el puerto de Barcelona, que sí está habilitado para ello.
Los 280 buques de cruceros en operación representan menos del 1% de la flota mundial, pero son con mucha diferencia los navíos más modernos y ecológicos que navegan en la actualidad. El sector lleva años invirtiendo en tecnologías como los barcos propulsados por gas natural licuado (35% de los barcos en construcción), sistemas de lavados de gases de escape (60% de los barcos operativos y 50% de la cartera) que eliminan hasta un 50% de los óxidos de nitrógeno y hasta un 90% de las partículas en suspensión, o la posibilidad de utilizar una conexión eléctrica de tierra evitando tener que mantener los motores en puerto. Estas inversiones han supuesto abrir nuevos caminos para hacer más sostenible al resto del transporte marítimo. En este sentido, hay que remarcar que en la actualidad un barco de crucero consume hasta un 70% menos de combustible por pasajero que hace 20 años.