Según ha informado la Policía nacional en un comunicado, la detención se produjo este miércoles y se le imputan dos hurtos y un robo con fuerza.
La mujer, de nacionalidad española, trabajó entre 2016 y 2018 en una empresa que prestaba servicio domiciliario a personas de avanzada edad con problemas de movilidad y neurológicos, y atendió, durante ese tiempo, a un total de 96 personas.
La investigación se inició a partir de la denuncia de una de las víctimas, de 93 años, que se percató de la falta de algunas de sus joyas, meses después de que la detenida dejase de trabajar para esta empresa.
Los agentes pudieron comprobar que una de las personas que había trabajado en la vivienda de la denunciante había vendido hasta 48 lotes de joyas entre 2016 y 2018.
La Policía Nacional ha explicado, también, que la detenida había contraído una deuda con un prestamista del barrio se Son Gotleu, pero se vio incapaz de pagarla. La sospechosa contó a los agentes que las amenazas recibidas por parte del prestamista para que pagara su deuda fueron el motivo que la empujó a cometer los robos.
Una vez detenida, la mujer facilitó el registro de su vivienda y, aunque aseguró que las primeras joyas que vendió en 2016 eran de su propiedad, admitió que el resto de ventas eran procedentes de sustracciones a diversos ancianos que tuvo a su cuidado. Por el momento se le ha podido imputar un segundo hurto, y el robo de joyas que la detenida sacó de la caja fuerte de la tercera anciana, "al parecer tras encontrar escondida la llave que permitía abrir la misma".
La investigación sigue abierta y se prevé imputar nuevos hechos a esta mujer, que ha pasado este viernes disposición del Juzgado de Guardia.