A toda aquella gente que no haya digerido aún que el PP ha perdido más de la mitad de sus escaños, les instó a que se pregunten si realmente saben cuáles son las principales prioridades de los españoles en la actualidad, para que de este modo entiendan de forma clara los resultados electorales del pasado 28-A. ¿Realmente el líder de los populares creía que su país era tan rancio y reaccionario? ¿De verdad pensaba Casado que escorando su discurso a la derecha iba a conseguir un mejor resultado para su partido? El aún líder del PP debería de ser consciente de que vivimos en un país mucho más plural, moderno y tolerante de lo que él mismo cree. De una u otra manera, este catastrófico resultado del PP es también la derrota del aznarismo, o dicho con otras palabras, la derrota del discurso del odio. Porque por mucho que Casado achaque su mal resultado a la división de las derechas, la verdadera culpa del estrepitoso fracaso del PP recae en la aznarización del partido de Génova, que en algunos momentos ha hecho indistinguible el discurso de Casado al de la formación ultraderechista Vox.
Los resultados del 28-A son los frutos de una España que quiere avanzar de una vez por todas, después de años empantanados en corrupción y en luchas internas de cada uno de los partidos políticos. De hecho, ahora sí que podríamos afirmar que comienza la llamada segunda transición en España. Ya que nuestro país ha demostrado no tener miedo al cambio, diciéndole claramente no al machismo, al racismo y a la confrontación entre compatriotas. Estas ganas de cambio y estabilidad que la ciudadanía española ha reclamado en las urnas, han recompensado claramente al PSOE, que se ha proclamado como el gran vencedor en estos últimos comicios. Los socialistas se han beneficiado enormemente de la huida de Ciudadanos del centro político, lo que ha posibilitado al partido de Sánchez recoger votos tanto a su izquierda como a su derecha, demostrando así una vez más que la centralidad política en España siempre está premiada.
Por otro lado, parece que Albert Rivera ha olvidado una de las lecciones principales de la serie política Borgen (serie de la que el propio Rivera se ha confesado seguidor), al abandonar la centralidad política de su discurso, y dejar atrás una gran parte de posibles votantes moderados y centristas, que son los votantes más numerosos en un país abierto y comedido como el nuestro. Por lo visto, el líder de Ciudadanos ha demostrado estar más interesado en ser el líder del centro-derecha en nuestro país, para así desbancar definitivamente al PP de su trono. Una decisión a mi juicio equivocada, ya que si el líder de Ciudadanos no hubiera optado por derechizar su discurso, a buen seguro hoy estaríamos hablando del sorprasso de la formación naranja al Partido Popular.
Por otro lado, Unidas Podemos ha perdido casi 30 escaños, una caída menos estrepitosa de lo que esperaba el partido morado, en parte gracias a su efectiva campaña electoral, donde los debates televisivos reforzaron claramente la imagen de Pablo Iglesias y de su partido. Aún así, la formación morada (que podría incluso formar gobierno con el PSOE, a pesar de perder un gran número de escaños), debería reflexionar profundamente acerca de la constante pérdida de votos que ha ido cosechando a lo largo de los últimos comicios. Asimismo, Vox ha cosechado un resultado más discreto del que esperaban gran parte de sus dirigentes, principalmente por dos motivos. Por un lado, la gran movilización de la izquierda, y por otro lado su ausencia en los debates televisivos de la última semana de campaña, que sirvieron para invisibilizar parte del impacto que había obtenido Vox a lo largo de los últimos meses. De todos modos, no vale la pena engañarse. La extrema derecha vuelve definitivamente a la política española tras más de 40 años desaparecida, y esto nunca puede ser una buena noticia para un país democrático como el nuestro.
Después de todo, creo que los resultados electorales del 28-A son un buen motivo para sentirnos orgullosos de nuestro país. Ahora falta lo más difícil. Pactar, ponerse de acuerdo entre TODOS para solucionar los grandes problemas que padece nuestro país desde hace años. En sus manos está el presente y futuro del país.