Pero también es un partido que ha venido a traer aire fresco, a ser la voz de mucha gente que había quedado huérfana. VOX ha venido para romper con lo políticamente correcto, para canalizar el hartazgo de tanta gente cansada de que le digan lo que tiene que decir o pensar, a romper con tantos dogmas de la progresía que parecían incuestionables y que nadie antes se había atrevido a poner en duda. VOX se ha convertido en un partido de extrema necesidad, precisamente para regenerar una clase política endogámica y genuflexa ante la dictadura del pensamiento único que con tanta habilidad ha impuesto la izquierda.
Sin embargo, la valentía por defender lo que nadie defiende, por decir lo que nadie dice, tiene un coste, supone tener que pagar un peaje. VOX tiene que aguantar la violencia de los fanáticos, el insulto de los radicales y la manipulación y la tergiversación de sus palabras y propuestas por parte de aquellos que ven amenazada su hegemonía política.
Analicemos algunos ejemplos de estas tergiversaciones. Quizás, la propuesta del uso de las armas ha sido una de las manipulaciones más groseras y de las más sonadas. Es importante repetir que nadie ha propuesto ir con armas por las calles, tal y como algunos insisten. Tampoco nadie quiere generalizar las armas, como algunos se empeñan en afirmar. Bien es verdad, que la posesión de armas es legal en España, siempre que reúnas determinados requisitos. Cazadores, aficionados al tiro olímpico, personal de seguridad, policías, militares, etc. son personas susceptibles de poder tener un arma en su casa.
La propuesta que VOX, en esta cuestión, es bien sencilla y tiene toda su lógica. Se trata de reforzar jurídicamente el concepto de defensa propia. Se trata de que la ley defienda mejor a la víctima y no al agresor. En definitiva, se trata de que si en tu casa entra un delincuente, a robar, a violar a tu mujer, a agredir a tus hijos, no tengas que pasar por un procedimiento judicial ni te puedan condenar a veinte años de cárcel, simplemente por utilizar un arma legal al intentar repeler a ese agresor y defender así a tu hogar y tu familia. ¿Alguien entendería que una persona dejara de defender a su familia o se dejara agredir, mientras espera a que llegue la policía o acudan los vecinos en su auxilio, por no utilizar un arma que tiene en su casa? Sería absurdo.
Otra falacia es la que se refiere a la violencia de género. Nadie de VOX ha dicho que se quiera reducir la protección a la mujer. Nadie quiere eliminar ningún derecho a las mujeres. Lo que pretende VOX es que tanto el hombre como la mujer tengan los mismos derechos y sean iguales ante la ley. Es lo que dice la Constitución y es lo que vulnera la Ley contra la violencia de género. Lo que VOX está diciendo es que no se puede criminalizar al hombre por el simple hecho de ser hombre y no se puede rebajar la presunción de inocencia convirtiéndola en presunción de culpabilidad sólo para los hombres. La violencia es violencia la ejerza quien la ejerza y se debe combatir.
Otra cuestión distinta es que determinados colectivos feministas se están aprovechando de esta situación para vivir del erario público, haciendo apología del feminismo radical, mientras dedican una mínima parte de su presupuesto a las mujeres víctimas del maltrato. Es más, la izquierda ha utilizado el dinero público para financiar de forma abundante a este tipo de asociaciones con el objetivo de convertirlas en su brazo armado.
También se dice que no queremos inmigración y se olvidan de añadir la palabra ilegal. Queremos una inmigración ordenada y legal. Queremos inmigrantes que puedan trabajar, coticen y paguen sus impuestos. Y no, no queremos inmigración ilegal, pues ésta provoca marginación, bolsas de pobreza y delincuencia. Tampoco tiene mucha lógica que quienes pagamos impuestos y mantenemos los servicios básicos de nuestro estado de bienestar, y ya nos cuesta lo suyo, tengamos que asumir también el coste de estos servicios para aquellos que están ilegales, no cotizan y no tributan.
Tampoco estamos en contra de los homosexuales, sino de aquellos lobbies que quieren imponer a los homosexuales como tienen que pensar y lo que pueden o no decir. Queremos, precisamente, liberarlos de este yugo, liberarlos de la presión de estos colectivos inquisitoriales que quieren imponer a todos su particular y cerrada visión de la sociedad.
VOX ha nacido para cambiar las cosas, para recuperar debates que el status quo ya daba por terminados, para devolver la esperanza a mucha gente que había perdido la ilusión.