La afectada, de 69 años de edad en el momento de su fallecimiento, había acudido años antes a una clínica privada de por dolor en la zona estomacal. El doctor le diagnosticó síndrome de intestino irritable. Finalmente la mujer acudió a otra clínica privada y le detectaron el tumor en el páncreas tras practicar varias pruebas. Para entonces, sólo se podía ofrecer a la paciente quimioterapia paliativa y falleció a los pocos meses.
La juez aprecia un error en el diagnóstico del médico demandado y una dilatación en la diagnosis del cáncer de cuanto menos de un mes. Subraya que el doctor esperó un mes para una colonoscopia, mientras que en la otra clínica, tras una primera visita de urgencias, se le derivó a un especialista y de una sola vez se le practicaron cuatro pruebas. A los tres días fue derivada a oncología.
La juez señala que el médico demandado sí practicó, aproximadamente un año antes del fallecimiento, un TAC en el que no se detectó la presencia de ningún tumor. Según los peritos que intervinieron en el juicio, los tumores en el páncreas de menos de dos centímetros no se detectan en muchas ocasiones. Con todo, considera que pudo practicar otras pruebas ante al elevado nivel de azúcar en sangre y la importante pérdida de peso de la paciente, y con ello plantear un diagnóstico alternativo al síndrome de intestino irritable.
La juez estima que hubo un retraso de dos o tres meses en el diagnóstico imputable al médico, pero que no hubiera garantizado la supervivencia de la paciente o si podría haber optado a ser operada, por lo que concluye que ha habido una "pérdida de oportunidad" de la paciente.
La familia de la fallecida ha estado asistida por la letrada de la Asociación 'Defensor del Paciente', la especialista en derecho sanitario Soledad Raso. La asociación 'El Defensor del Paciente' sostiene que el médico demandado dio a la paciente "el consejo de ir a un psicólogo", según ha indicado en un comunicado.