El hombre, que tenía suspendida una condena anterior por haber abusado sexualmente de la menor, ha contestado afirmativamente a todas las preguntas que le ha planteado el fiscal, por lo que ha admitido que hizo caso omiso, conscientemente, de la orden de alejamiento que tenía impuesta sobre su hija y que abusó de ella varias veces.
Por ello, la Fiscalía ha apreciado la atenuante de confesión y ha solicitado una condena de siete años y medio de cárcel, petición a la que se han adherido la acusación particular y la defensa. Originalmente, el fiscal pedía una pena de 13 años de cárcel. Será condenado a siete años por el delito de abusos y a seis meses por el de quebrantamiento de condena.
Además, deberá indemnizar con 10.000 euros a la representante legal de la víctima y se le impondrá una orden de alejamiento de su hija durante diez años y otra de sus otros dos hijos por tiempo de cinco años. Además, una vez salga de prisión, estará cinco años en libertad vigilada y se le priva de la patria potestad.
En el juicio, el acusado ha confesado que entre 2017 y 2018 acudía al domicilio donde residía su hija en Andratx pese a tener una orden de alejamiento, y que durante esos encuentros, aprovechándose de que era su padre, en numerosas ocasiones mantuvo relaciones sexuales con la menor, que quedó embarazada.
Posteriormente, y antes de que se le notificara la apertura de diligencias contra él, el hombre se personó en una comisaría y relató lo ocurrido. "Yo siempre he reconocido todos los hechos y yo mismo fui a entregarme a la Policía", ha declarado. Por este motivo, se ha apreciado una atenuante muy cualificada de confesión, si bien también existe la agravante de reincidencia.
Por su parte, la menor, que ha declarado por videoconferencia, ha ratificado el relato que hizo ante la Policía y el Juzgado.
El juicio ha quedado visto para sentencia.
