La compañía planteó el ajuste en la reunión mantenida con los sindicatos en los que se constituyó la mesa de negociación del ajuste, que se extenderá durante el plazo de treinta días, hasta el 14 de febrero.
En un comunicado, Cemex recordó que el ERE se enmarca en el "proceso de reestructuración" que en octubre de 2018 anunció para su actividad y negocios en España.
El plan abarca el cierre de dos de sus siete fábricas en el país, la de Lloseta (Mallorca) y la de Gádor (Almería), además de ajustes en otros centros de trabajo, determinadas oficinas comerciales y las oficinas corporativas.
La multinacional recordó que el ajuste, cuyo anunció coincidió con los de Vestas y Alcoa, es consecuencia de la caída de la demanda de cemento en España y "de las perspectivas de la industria ante a nueva regulación europea sobre los derechos de emisión de CO2 a partir del año 2020".
De su lado, tras la reunión, los sindicatos UGT y CC.OO, insistieron en reclamar a Cemex que mantenga las dos plantas y anunciaron movilizaciones.
La multinacional mexicana ha ratificado en todo momento su intención de acometer los dos cierres en España a pesar de que, tras su anuncio en octubre, aceptar participar en una mesa de trabajo con el Ministerio de Industria y los sindicatos para buscar alternativas industriales para sus plantas y recolocaciones para sus trabajadores.
Los trabajos de esta mesa concluyeron a finales de diciembre con la localización de varios posibles proyectos para ambas instalaciones. En el caso de Gádor se bajaran seis proyectos, entre ellos la promoción de un parque de energías renovables o de una planta de tratamiento de residuos.
Para la fábrica balear se han identificado ocho proyectos, de los que sobresale el denominado 'Power to Green Hydrogen Mallorca', una iniciativa de Enagás, Acciona y la propia Cemex para levantar la planta de hidrógeno renovable más grande de Europa, mediante un parque fotovoltaico, para su uso como combustible de transporte.
Por el momento, y a la espera de eventuales recolocaciones en los proyectos que finalmente cristalicen, Cemex aborda desde este lunes el proceso de ERE para los trabajadores de las dos fábricas.
Se trata del segundo ajuste que acomete en el país, cinco años después del que abordó entre 2012 y 2013, en plena crisis, que supuso recortar 436 empleos y la venta de una fábrica de Barcelona.
De su lado, el Ministerio de Industria, además de buscar proyectos de reindustrialización, ha diseñado con el sector del cemento un plan de competitividad para esta industria. Entre sus medidas, el plan impulsará el empleo de hormigón en la construcción de carreteras.
Además, el Departamento de Reyes Maroto incluirá al sector cementero en otras dos iniciativas en que trabaja. Se trata de las ayudas para las industrias electrointensivas, esto es, las que tienen un gran consumo de energía eléctrica y están por tanto expuestas a las subidas de la factura de la luz, y las ayudas compensatorias por los costes que registra por sus emisiones indirectas de CO2.