"El objetivo del Govern es garantizar que el pago de los medicamentos y productos farmacéuticos no sea un obstáculo para la adherencia a los tratamientos farmacológicos, cuestión que es especialmente necesaria entre los colectivos que más propensión presentan a la cronicidad de las patologías", ha explicado en rueda de prensa.
Así, ha señalado que con la eliminación del copago el Govern da un paso más en la protección de estos colectivos, ya que recupera la gratuidad de los medicamentos prescritos por la sanidad pública, que se había perdido en el año 2012 en virtud del Real Decreto 16/2012 de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y la seguridad de sus prestaciones.
De este modo, los pensionistas que cobran una renta inferior a 18.000 euros anuales pagan el 10 por ciento del precio de los medicamentos, con un límite máximo de aportación de 8,23 euros por mes; los que cobran entre 18.000 y 100.000 euros pagan también el 10 por ciento, pero con un límite mensual de 18,52 euros, y los que tienen una renta que supera los 100.000 euros anuales pagan el 60 por ciento, con un límite de 61,75 euros mensuales.
En el año 2017, el copago supuso un gasto de 18,8 millones de euros, 12,3 de los cuales estuvieron asociados a las rentas inferiores a 100.000 euros anuales, pero a partir del 1 de enero ya no se tendrá que pagar por este concepto.
Para hacer efectiva esta medida se ha tenido que modificar el sistema de receta electrónica e integrarlo en los sistemas informáticos del Servicio de Salud y de las farmacias, un requerimiento técnico en el que han participado los departamentos técnicos del Servicio de Salud, con la colaboración necesaria del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Baleares.