Al evento han acudido el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán; el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell; el gobernador Constitucional del Estado de Nuevo León, Jaime Heliodoro Rodríguez, y el director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Jaime Hernández.
La central de Dulces Nombres II, que ha requerido una inversión de 250 millones de dólares, es una planta de ciclo combinado de última generación que va a tener como principal objetivo cubrir la elevada demanda del sector industrial de la región de Nuevo León, una de las zonas más importantes y con mayor crecimiento de México.
Con este proyecto, Iberdrola se consolida como el primer productor privado de energía eléctrica de México, con una capacidad instalada de cerca de 6.000 MW y una inversión acumulada de cerca de 5.000 millones de dólares.
Además, la compañía va a invertir en el país otros 3.000 millones de dólares en 10 nuevas instalaciones de gas y energías renovables, ya en construcción, que suman 4.000 MW adicionales, lo que situará la capacidad de la compañía en los próximos tres años en cerca de 10.000 MW.
Fruto de esta apuesta, la empresa prevé que ya en 2019 México sea el principal origen de la generación de electricidad en el Grupo, superando la producción actual de energía en España.
Asimismo, con esta nueva central Iberdrola amplía de forma sustancial, hasta los 1.350 MW, su potencia instalada en Nuevo León, región que se convierte en su principal enclave generador de energía eléctrica para clientes privados. La empresa espera incrementar significativamente su presencia en este estado en los próximos años, donde ya promueve la central de Noreste, que incorporará otros 860 MW en el año 2018.
La planta inaugurada hoy cuenta con los últimos avances del sector, lo que le permitirá operar de forma más eficiente y con una mayor disponibilidad. Adicionalmente, la tecnología empleada en Dulces Nombres II optimizará sus necesidades de mantenimiento y su comportamiento ambiental.
Para Ignacio Galán, la apertura de esta nueva planta, en cuya construcción han participado cerca de 1.000 personas y decenas de empresas mexicanas, es fiel reflejo del compromiso de Iberdrola con México, que dura ya más de dos décadas.
El presidente de Iberdrola ha manifestado durante la inauguración de la planta que “nunca en nuestra historia habíamos tenido en un mismo país tantas centrales en construcción y con ello queremos contribuir al intenso proceso de transformación generado por la exitosa Reforma Energética del presidente Peña Nieto”.