Asistimos asombrados y boquiabiertos, todos los ciudadanos de Palma, a la flagrante comisión por parte de ustedes dos de prácticas políticas que consolidan y eternizan el top manta, la venta ambulante irregular.
En el Parc de la Mar, Dalt Murada, alrededor de la Seu, en la plaza Major, los paseos Marítim y Sagrera y, entre otras, las calles Antoni Maura y Sant Miquel, por no extendernos en el callejero de Ciutat, cada día centenares de vendedores ambulantes ilegales instalan sus puestos de venta fuera de toda normativa y arramblando contra nuestra propia legalidad avalados por la impunidad que les otorgan las normas municipales establecidas bajo su mandato.
Venden productos falsificados y lo hacen en lugares en los que no pueden ejercer ninguna actividad comercial. Es decir: son absolutamente ilegales. Y ustedes lo consienten.
Frente a esta aberración legal nos encontramos con los comerciantes de toda la vida, los que desde siempre ejercen su actividad cumpliendo los requisitos legales, tienen todos los permisos en regla, pagan impuestos, están dados de alta en la Seguridad Social, en el IAE, el IVA, el IRPF, el IBI, pagan el agua, la electricidad, los seguros, las amortizaciones, los alquileres, las cuotas bancarias y todo lo que desde las instituciones públicas se les reclama para poder desarrollar su profesión en el ámbito de la más absoluta legalidad.
Por tanto, los comerciantes legales cumplen las normas y pagan sus impuestos y, por el contrario, los vendedores ilegales acaparan los puestos más privilegiados de la ciudad y no cumplen ninguna norma. Dos realidades divergentes en la que unos –los legales– ven como los delincuentes se aprovechan del margen que ustedes, señor Noguera y señora Jhardi, les han otorgado.
Las sociedades, a través de sus instituciones políticas, se dotan de normas cuyo objetivo es regular las actividades de la ciudadanía para evitar abusos e irregularidades. Ese es el objetivo, en este caso, de lo que popularmente se denomina Ordenanza Cívica: la máxima ley municipal que pone orden en lo que se hace y no se puede hacer en la vía pública.
Durante todo su mandato, la Ordenanza Cívica municipal de Palma sobre el top manta ha sido papel mojado. No ha habido un cuerpo legal potente que haya permitido a la Policía Local actuar con contundencia contra estas prácticas mafiosas que perjudican enormemente a los comerciantes legales. Y eso ha ocurrido porque han querido que fuera así. Usted, señora Jhardi, en un cúmulo de demagógicas consideraciones, ha considerado a los vendedores del top manta como víctimas de una sociedad opresora sin tener en cuenta que la solución a esta realidad no pasa por permitir la comisión de actividades irregulares, como es el top manta, sino a otras iniciativas integradoras que, por cierto, su propio equipo de gobierno ha sido incapaz de poner en marcha. Todo ello bajo la dirección del alcalde Noguera.
De hecho, la presencia de vendedores ilegales en las calles de Palma ha aumentado enormemente por el ‘efecto llamada’ provocado por sus incapacidades.
Ante esta situación, los comerciantes legales de Ciutat por unanimidad les han hecho saber que es necesario y perentorio rectificar inmediatamente. Las asociaciones Afedeco, Pimeco, CAEB y Pimem han mostrado su desagrado ante la situación que padecen dándoles plantón en la última reunión del Consell Municipal del Comerç y, además, están preparando otras iniciativas. Entre ellas una de amplísimo calado: denunciarles ante los tribunales penales por prevaricación al tomar ustedes decisiones en el ámbito del top manta que son absolutamente contrarias a la legalidad vigente.
Señor Noguera y señora Jhardi:
No han sabido y, lo que es peor, no han querido afrontar el problema del top manta, han permitido la venta ambulante ilegal en las principales zonas turísticas de Palma y han facilitado la competencia desleal que perjudica gravemente a los empresarios que sí pagan sus impuestos y también cumplen todas las leyes, decretos y reglamentos que les afectan. Solo la actuación enérgica de los escasos medios humanos y técnicos de que dispone la Policía Local ha luchado desde el Ajuntament de Palma por acotar el top manta.
Ha llegado el momento de reaccionar para evitar que los vendedores ilegales se adueñen de la vía pública, que se envalentonen y que sigan perjudicando a los vendedores legales instalándose, además, delante de sus propias tiendas.
Y también ha llegado el momento de que ustedes dos o rectifiquen o se vayan. No podemos tener en Palma a un alcalde y a una teniente de alcalde que facilitan la comisión de actividades irregulares. No queremos cómplices del top manta.
Señor Noguera y señora Jhardi: cambien radicalmente de posición, reaccionen en favor de los comerciantes legales o, simplemente, váyanse.