Leo también que, en cambio, el mismo Govern si le mantiene la misma medalla a Cristina, cosa rara al haber quedado probada la implicación de ella en el Instituto Nóos, esa ficción que junto a Diego Torres amañaron para incrementar su patrimonio con cargo a nuestros impuestos, vendiendo la vinculación a la Monarquía como único activo con el que negociar en el mercado cautivo que se reparten los políticos corruptos.
Se justifica el Govern en que ella solo ha sido condenada a devolver dinero, pero tampoco es irrelevante el hecho de que se premiara a ambos al unísono y con la entrega de un único metal, por lo que para hacer efectiva la devolución de la del antiguo balonmanista y respetar la de la aún sucesora al trono debería de partirse en dos mitades. Tal parece que los del Govern han decidido correr un estúpido velo sobre la idiotez y no le pedirán a la todavía pareja la devolución física de todo el metal precioso, ni del 50%.
Alrededor de este nuevo ridículo vinculado a la monarquía revolotean cantidad de ironías, pero me limitaré a tres comentarios sin doblez ninguna.
Por una parte, nunca estuve de acuerdo con que las instituciones públicas, que siempre están en manos de políticos pasajeros y sospechosos por definición, puedan conceder galardones a personas. Y si además se conceden a gentes con mucha vida para estropear por delante, resulta indiscutible el riesgo de que el paso del tiempo termine desprestigiando institución y premio.
Por otra, el hecho de que el Govern, para retirar la medalla, haya decidido someterse al mismo reglamento que sirvió para crear el galardón me hace pensar en una actitud cómoda, pues al fundamentarse la decisión en un hecho posterior parecería más lógico y eficaz, de cara al futuro, dictar una nueva norma que sirviera para mejorarla, a la vista de la experiencia.
Y, por último, resulta sorprendente que el mismo Govern que está reclamando a un tercero, la Justicia, que el Instituto Nóos devuelva los millones que ilegalmente se apropiaron a resultas de la sentencia condenatoria, sea tan timorato con aquello que le compete en exclusiva, cual es lo de retirar también a la Infanta un galardón para el que, en este momento, habría que buscar con lupa las personas que puedan considerar que se lo merece.
P.D. La noticia de la retirada de la Medalla de Oro es del viernes 15 de junio. La portada de “El Mundo” del lunes 18 abre con un reportaje de Esteban Urreiztieta que deja constancia incuestionable del privilegio que ha disfrutado Cristina de Borbón durante la instrucción y el juicio. No he escuchado al resto de medios importantes hacerse eco de las declaraciones de Carlos Masiá, notario del consorte ahora entre rejas, por lo que, en nombre de la “justicia” mediática, considero necesario reproducirlas. No se lo pierda. El titular dice “Pusimos antes a la Infanta en Aizoon(1) porque su DNI es un escudo fiscal”.
En la ampliación de la noticia se incluyen los siguientes textos: “El notario de confianza del matrimonio afirma que le exigieron inscribir a Cristina de Borbón en la sociedad ‘para que el ordenador de Hacienda rechazara’ cualquier inspección”. Y reproduce textualmente las siguientes respuestas del notario: “Era la primera vez en 20 años que ponía a alguien por delante del administrador de la empresa” y “Metieron gastos personales en la sociedad porque eran conscientes de la inmunidad fiscal que tenían”.
Si, el notario se está refiriendo a alguien que aún disfruta de la Medalla de Oro de Baleares. Cerramos convencidos de que el notario saca esto a la luz ahora porque Cristina ya no podrá ser juzgada de nuevo. La única sensación que queda clara es que casi todos están dispuestos a corromperse para salvar a la Monarquía.
(1) Aizoon es la empresa que crearon para emitir facturas falsas contra el Instituto Nóos y así aparentar la existencia de gastos que justificaran las subvenciones recibidas.