Según han informado desde el Consistorio palmesano, los principales objetivos de la normativa son recuperar espacio público, conseguir un equilibrio entre la actividad económica y el descanso de los vecinos y mejorar la accesibilidad de personas con diversidad funcional.
Precisamente, para facilitar el paso, las terrazas de nuevos locales, así como en el centro de Palma y Santa Catalina, se deberán dejar 2,5 metros entre las fachadas y las terrazas, mientras que el resto de la ciudad, de momento se mantendrá la regulación anterior de 2 metros.
Esta normativa municipal supone que un 4% de las terrazas desaparezcan, así como las "micro-ocupaciones" de algunos establecimientos, como, por ejemplo, las dos sillas y la mesa que un bar podía colocar frente a la puerta del local.
Desde el Ajuntament han reiterado que se trata de una ordenanza que cuenta con el "consenso de todas las partes, entre restauración, vecinos, Ajuntament y Defensora de la Ciudadanía, tras más de una año de negociaciones".
El Consistorio ha presentado este martes el borrador de la ordenanza municipal, que se debatirá en el próximo pleno del mes de marzo para su aprobación inicial. Posteriormente se abrirá un periodo de exposición pública.