Según ha informado la Conselleria en una nota de prensa, en la inspección llevada a cabo por los agentes han podido certificar que se trata de vertidos de material de excavación y residuos de construcción y demolición.
El vertedero ocupa una superficie de cerca de 5.000 m2 y cuenta con un volumen de unos 12.000 m3.
El servicio de agentes de medio ambiente ha recordado que según la normativa vigente, ésta es una actividad ilegal, ya que cualquier tipo de residuo debe de ser vertido, según su naturaleza, en los lugares legalmente establecidos.
En el caso de los residuos de la construcción deben ser trasladados a una planta de selección y los residuos provenientes de excavación pueden ser utilizados para la restauración de canteras con el correspondiente plan.