El Ayuntamiento de Palma realizó en 2013 el concurso público para la concesión de la gestión de la ORA. Ganó Dornier, como todos los concursos que ha habido desde que existe ORA en la capital mallorquina. Setex ya puso una queja en lo contencioso para denunciar posibles irregularidades. El proceso de esta denuncia se encuentra en la etapa de conclusiones, por lo que podría haber una sentencia que invalidara el concurso.
De hecho ya existe un precedente. En 2004 Setex ganó un recurso en el Tribunal Supremo contra Dornier por el primer concurso de la ORA de Palma. Curiosamente, según López Aguilar, el técnico del ayuntamiento que firmó el contrato entonces, "fue el mismo que lo hizo en 2013", Miguel Femenías (uno de los principales detenidos el lunes al mediodía).
En cuanto a la protesta formalizada en 2013, el presidente de Setex denunció una “clara falta de imparcialidad”.
Para acreditar esta última afirmación, Aguilar se basa en aspectos técnicos que, según él, "evidenciaban la falta de parcialidad de la mesa de contratación". De hecho, estaba seguro que “la oferta que se mandase era lo de menos, de todas formas iba a ganar Dornier”.
Uno de las cosas que ofertó Setex fue cambiar todos los parquímetros de la ciudad de forma gratuita (800.000€ de coste a la empresa) por unos más modernos en los que se pueda pagar con tarjeta. Dornier solo se comprometía a “a cambiar algunos” (de hecho algunos los ha cambiado, pero no todos). Esto en la mesa de contratación no se valoró demasiado.
También se ofreció un aparato de última generación, resistente a la lluvia, para los técnicos de la ORA para poner las multas. Dornier ofreció un teléfono móvil Samsung alegando que “era una empresa puntera”. También se valoró mejor a la empresa que ganó.
En definitiva, Setex cree que “le dieron más valor a las cosas de menos importancia para que ganara Dornier” como por ejemplo a “poner 4 bicicletas eléctricas para los técnicos”. De hecho, económicamente la oferta de Setex era bastante más económica para el Consistorio que la de Dornier, pero la mesa consideró que “no le tenían que dar importancia”.