"Le dije a Rato que la tarjeta no estaba en el contrato y no entendía que pudiera aportar gastos sin justificar, que no la iba a usar y que la rechazaba. Él se enfadó bastante, se molestó y yo le insinué que podía tener consecuencias importantes si la usaba para temas personales", ha dicho a preguntas de las defensas a las que Murillo ha reprochado por la dureza e insistencia con la que las han formulado.
Según recoge Europa Press,Verdú ha ratificado ante el tribunal que juzga el uso presuntamente fraudulento de las tarjetas 'black' que no aceptó la Visa, que tenía un límite anual de 75.000 euros, porque no estaba en su contrato.
Verdú ha insistido en que advirtió "de la mala praxis y las consecuencias que podría tener su uso" y por eso decidió guardarla en el mismo sobre en el que se la dieron y devolverla a Recursos Humanos cuando abandonó Bankia.
Además, ha indicado que Rodrigo Rato se la ofreció en febrero de 2012 para compensar la limitación salarial impuesta por el Real Decreto 2/2012 que establecía que el salario máximo de directivos de la banca con ayudas públicas era de 600.000 euros. "Rato estaba preocupado desde hace meses porque antes del Real Decreto ya se había hablado de que podía haber una limitación", ha aseverado ante el tribunal que preside Ángela Murillo.
El testigo ha alegado que cuando llegó a la entidad se le dio una tarjeta para gastos de representación que no desactivó porque entendió que era "necesaria" para el ejercicio de su función, si bien la otra --a la que podía cargar gastos sin necesidad de justificarlos porque era de libre disposición-- la rechazó "porque no formaba parte del esquema retributivo". "Que sea deducible no significa que sea legal", ha apostillado.