Munar, de 28 años, fue uno de los protagonistas de una apasionante final celebrada en el Estadio de Francia y voló hasta su primera medalla paralímpica personal tras una prueba complicada que se vio interrumpida de forma constante por el ruido reinante, provocado por las distintas finales, la música y el público, que casi abarrotó las gradas.
Las pruebas de salto de longitud para deportistas con ceguera deben disputarse prácticamente en silencio porque los atletas son guiados por un llamador que les orienta hacia la batida antes de que realicen los saltos.
La competición comenzó bajo la lluvia, que se ausentó conforme avanzaba el concurso. Munar tuvo una actuación regular con solo un salto nulo y sus dos primeros intentos por debajo de los seis metros.
El atleta mallorquín comenzó en la quinta posición (5,91 metros en el primer salto) y se aupó a la tercera de forma provisional tras su tercer intento (6,16), algo lejos de los chinos Dongdong Di y Shichang Chen.
Otro saltador chino, Tao Ye superó a Munar por un centímetro en el quinto salto (6,17), lo que obligó al mallorquín a acercarse o superar su propia marca personal (6,20) si quería hacerse con su primera medalla paralímpica.
Finalmente, Munar voló hasta los 6,32 metros y no fue superado por Ye, con lo que se hizo con su primer metal paralímpico tras cuatro Juegos en su palmarés.
La medalla de oro fue para Dongdong Di (6,85, nuevo récord del mundo), la plata recayó en Shichang Chen (6,50), el bronce llegó a Munar (6,32), en tanto que Tao Ye tuvo que conformarse con la cuarta plaza (6,29).