Esta actuación ha sido llevada a cabo por la Fundación Forteza-Rey en los últimos meses y ha contado con la colaboración del Consistorio a través de la empresa pública Emaya y el área de Infraestructuras.
Unos trabajos que se han llevado a cabo con el asesoramiento de ARCA ya que se trata de una superficie protegida. La parte de los muros que discurre por La Misericòrdia ha recuperado su esplendor después de meses de trabajo. Sobre uno de los paneles ahora libre de pintadas vandálicas cuelga una sucesión de fotografías que ilustran el antes y después. Una restauración que se ha realizado gracias a la financiación de la fundación Forteza-Rey y la colaboración del Ayuntamiento de Palma.
El coste de la limpieza de grafitis ha sido de más de 25.000 euros El consistorio ha remarcado que en las próximas semanas se presentará la nueva ordenanza cívica que permitirá sancionar por la vía penal cualquier pintada realizada a algún edificio que sea patrimonio histórico de la ciudad.