Hoy se implementa en 123 hospitales en toda España y en 130 unidades de apoyo domiciliario, a través de 42 Equipos de Atención Psicosocial (EAPS) formados por psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, médicos, agentes pastorales y voluntarios. En Mallorca desarrolla el programa un EAP del Hospital San Juan de Dios de Palma que actúa en el mismo hospital, en el Hospital Son Espases, en el Hospital Comarcal Inca, en el Hospital Son Llàtzer y a una unidad de apoyo domiciliario.
Con este programa, enmarcado en la Estrategia de Curas Paliativas del Sistema Nacional de Salud, la entidad quiere completar el modelo actual de atención a personas con enfermedades avanzadas con el fin de lograr una atención integral que tenga en cuenta los aspectos psicosociales: tanto el apoyo social, emocional y espiritual al paciente y a sus familiares, como la atención al luto, el apoyo a profesionales de curas paliativas y el acompañamiento a cargo de voluntarios.
Desde que se puso en marcha el 2009, el programa ha atendido 117.411 pacientes y 168.023 familiares en todo el Estado, con una acogida y una valoración muy buena por parte de pacientes, familiares y comunidad médica.
Las dimensiones que mejoran en el paciente son la psicológica, la social y el espiritual. La primera evaluación científica hecho el 2014 concluye que la atención psicosocial que ofrece el programa, y que incluye estas tres dimensiones, responde a las necesidades y mejora en un 90 % los síntomas que provoca la enfermedad y que perjudican el estado anímico y psicológico de los enfermos atendidos. El estudio concluye que el 92 % de las personas que están enfermas califican de excelente o muy buena la atención recibida, y cerca del 90 % aseguran que han podido resolver temas difíciles (la mayor parte, de comunicación y de relación con la familia y su entorno) gracias a este apoyo.
Aun así, la dimensión espiritual se considera un eje central de atención. Por eso, y por primera vez desde que se puso en marcha, el Programa de la Obra Social ”la Caixa” ha impulsado una evaluación del dolor espiritual basada en entrevistas que los profesionales hacen a los pacientes. En estas conversas surgen cuestiones de carácter trascendente, como la necesidad de ser reconocido como persona; la necesidad de hacer una lectura del pasado y encontrar sentido en la existencia; la necesidad de liberarse de la culpabilidad, de reconciliarse y sentirse perdonado; la necesidad de un más allá y de una auténtica esperanza; la necesidad de expresar emociones y vivencias religiosas, y la necesidad de estimar y ser querido.
Los análisis hechos muestran que estas necesidades esenciales mejoran de manera significativa en el 94% de las personas atendidas después de la intervención de los EAPS. Además, los resultados muestran que cuanto más alto es el nivel de sufrimiento de los pacientes, más grande es la efectividad de la intervención de la atención psicosocial. A pesar de que se parte de una situación más severa, después de la intervención del equipo, la mejora logra los mismos niveles que en el caso de pacientes que partían de una situación mejor.
Al abordar las necesidades esenciales, las situaciones de ansiedad también se reducen considerablemente, y pasa más o menos el mismo con el malestar general derivado del proceso evolutivo de la enfermedad, puesto que mejora también la adaptación al proceso de la enfermedad.
Otro punto que hay que destacar de la evaluación del dolor espiritual es que la persona que tiene creencias, sean de tipo religioso, social, científico, filosófico o místico, estas lo ayudan en la situación de enfermedad y presenta una mejora adicional en el conjunto de dimensiones evaluadas. Los profesionales de los EAPS ayudan los pacientes a recuperar el valor que sus creencias los han proporcionado a lo largo de la vida.
«La salud es el bien más preciado, y en la Obra Social ”la Caixa” estamos firmemente comprometidos a garantizar la atención sanitaria de las personas que atraviesan situaciones difíciles. Queremos estar a su lado, desde los niños hospitalizados hasta las personas que sufren una enfermedad avanzada y son en la fase final de su vida», ha afirmado Isidre Fainé, presidente de la Fundación Bancaria ”la Caixa”.
