En un comunicado, han negado que actúen contra el turismo como fenómeno sino que el problema es el actual modelo turístico "que responde a un modelo capitalista que está concentrando los beneficios en muy pocas manos y está provocando la destrucción del territorio".
"Está haciendo aumentar los precios del alquiler hasta el punto de que nos expulsa de nuestros barrios, alejando a las personas de sus redes familiares y de apoyo", han asegurado, y a lo que han añadido lo que consideran trabajos precarios que genera.
El colectivo independentista ha criticado el uso del término 'turismofobia' para referirse a sus acciones tachándolo de "concepto inventado que intenta desvirtuar una lucha completamente legítima y acusa a cualquier persona que se pronuncia contra la masificación turística de estar en contra de los turistas".
Según Arran, sus acciones --que incluyen pintadas, pinchar ruedas de medios de transporte para turistas y manifestaciones-- son "necesarias" para dar visibilidad a sus exigencias y poner a debate el modelo turístico.
Es por ello que han propuesto una reforma del sistema actual que pasa por parar la emisión de nuevas licencias hoteleras y de empresas turísticas a la vez que se inicie un debate público para lograr un modelo sostenible "a nivel ecológico y social", mejorar las condiciones laborales del sector, aumentar los impuestos que tasan las empresas que se dedican al turismo y prohibir la actividad de las compañías relacionadas con los pisos turísticos, como Airbnb.
También piden regular el precio de la vivienda, crear un mayor parque público y expropiar las principales empresas y activos turísticos del país, que incluyen hoteles como el Vela de Barcelona y parques temáticos como Port Aventura, explican.