Los embalses del Gorg Blau y de Cúber están llenos al 90 por ciento de su capacidad gracias a las lluvias y las nevadas de récord aportadas por la borrasca Juliette de finales del mes de febrero… Los acuíferos subterráneos se han regenerado y prevén un verano sin restricciones ni sequía… Algunos cultivos, como la viña, han recibido como agua de mayo el frío intenso de la borrasca, que ha congelado a bacterias y virus de las vides… Las zonas húmedas, como s’Albufera de Mallorca y s’Albufereta, han recibido las ingentes aportaciones de los torrentes y afrontan el verano con optimismo… y hasta aquí las buenas noticias de Juliette.
Las idílicas estampas de los paisajes nevados de la Serra de Tramuntana tienen un precio: más de la mitad las ‘oliveres’ han padecido en sus ramas el peso de la nieve y se han quebrado. Para intentar su supervivencia, deberán ser podadas radicalmente y, después, pasarán años hasta que vuelvan a producir aceitunas en un volumen que haga rentable su recolección.
Una larga recuperación que va a provocar, durante años, una reducción de las cosechas y una pérdida paralela de la rentabilidad de los payeses, así como un aumento de los precios del aceite con denominación de origen en los lineales de los supermercados.
Asimismo, y de forma paralela, a día de hoy tres carreteras de la Serra siguen cortadas en los horarios de máxima afluencia. Mientras las brigadas de agentes forestales siguen cortando ramas, retirando troncos y quitando piedras caídas, la MA 10 desde el Coll de sa Batalla hasta el Mirador de ses Barques por un lado, hasta sa Grua en Pollença por otro y hasta Caimari en un tercer ramal sigue bloqueada desde las 8 de la mañana y hasta las 4 de la tarde, con lo que los negocios turísticos pierden parte de sus ingresos y se imposibilita el suministro de productos de primera necesidad. Unos cortes que también afectan a la carretera de Bunyola a Orient.
La nieve se ha fundido, las imágenes permanecen en nuestras retinas y las redes sociales, pero ahora llega lo más duro. Reconocer que Juliette no produjo víctimas humanas, pero sí millonarias pérdidas económicas. Todo a la espera de que el Consejo de Ministros declare la zona catastrófica y empiecen a llegar, algún día, las ayudas.