Pedir protección al santo para sus animales. Esto es lo que los ciudadanos de Palma pretenden trayendo a sus perros, gatos e incluso halcones a las tradicionales Beneïdes. Una celebración que este año ha quedado deslucida por el mal tiempo.
Tras dos años sin poder celebrarse, este año se han retomado las Beneïdes de Sant Antoni por las calles de Palma. Desde la explanada de la Seu hasta la calle Sant Miquel, frente a la capilla de Sant Miquel, un centenar de personas han desfilado tras los caballos de la policía montada, con el objetivo que sus mascotas fueran bendecidas.
La tónica general de esta edición ha sido la poca afluencia tanto de animales como de público. El motivo, el temporal que azota la isla y la orden por parte de la conselleria de que todas las actividades al aire libre en los colegios, incluso las excursiones, quedaban prohibidas, lo que ha hecho que ningún niño pudiera admirar el espectáculo.
El párroco de la Iglesia de San José Obrero, Juan Cózar, ha sido encargado de hacer los honores.
Sean muchas o pocas las personas que se congreguen, lo que si se ha vivido hoy en Palma es la devoción de los asistentes por San Antoni Abat.