España cierra el año con un IPC adelantado del 5,8%, lo que supone una bajada de un punto respecto al mes de diciembre de 2021, que fue del 6,8%. Respecto al mes de noviembre de este año, sube tres décimas.
Esta reducción de la inflación interanual se debe principalmente a la bajada de los precios de la electricidad, unida a una reducción en el coste de los carburantes en las últimas semanas. Por otra parte, tanto el vestido como el calzado moderan su bajada, siendo inferior a de diciembre de 2021. Lo que si sube es el importe del tabaco y los alimentos elaborados.
A pesar de que la bajada de precios de un año a otro es una buena noticia, debemos tener muy presente que la inflación subyacente, aquella que no tiene en cuenta los alimentos no elaborados ni los productos energéticos, lejos de disminuir, aumenta seis décimas, hasta el 6,9%, lo que supone más de un punto por encima del IPC general. Así, la evolución de los precios a medio plazo se dispara por la subida de los alimentos no elaborados y las bebidas no alcohólicas.
Es precisamente esta inflación subyacente la que ha propiciado que el Gobierno haya tomado medidas para intentar paliarla, como es el bono de 200 euros para familias vulnerables o la eliminación del IVA en alimentos de primera necesidad y la reducción del 10 al 5% del IVA en aceites y pasta.
Será esta misma inflación subyacente la que determinará hasta cuándo se mantendrá esta medida, ya que la intención del Ejecutivo es sostenerla hasta que baje del 5,5 por ciento.
Estas cifras se confirmarán el próximo 13 de enero, cuando el Instituto Nacional de Estadística publique los datos definitivos, que serán los que sirvan de referencia a la hora de negociar las revisiones salariales de algunos convenios.