De hecho, la factura de la luz se doblará este año para las oficinas, colegios, empresas públicas e, incluso, el tren y el metro. Todos ellos instalaciones de la administración autonómica.
En los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de este año, aprobados en diciembre pasado, se incluyó una partida de 70 millones de euros para pagar la electricidad. Ahora ya se calcula desde la Conselleria d’Hisenda que, como mínimo, al final, la cantidad total superará los 100 millones de euros.
Dos caminos seguirá el Govern para paliar, en lo posible, esta enorme subida que también afecta a los ciudadanos: renegociar el suministro y su precio con las empresas proveedoras y, por otro lado, encomendarle al vicepresidente Yllanes y su Conselleria de Transición Energética un plan de autogeneración eléctrica instalando placas solares en los edificios del Govern.
Destacar que en el año 2021 se pagaron desde el Govern por la electricidad 36,6 millones de euros y este año acabará pagando 100, casi el triple.
De proseguir la tendencia y no ser eficaz el tope en el precio del gas que ha pactado el Gobierno de España con la Unión Europea, no se descarta un plan del Govern de ahorro energético generalizado, con apagado de luces, restricciones a la calefacción y al aire acondicionado e, incluso, cierre de instalaciones no fundamentales.
En este ámbito, el Parlament ya se ha ordenado que las luces de todas las salas sin actividad se apaguen inmediatamente después de que se dejen de utilizar.