Ante una sospecha de alergia, y antes de automedicarse, se recomienda siempre, acudir a un alergólogo. Se calcula que más del 30 % de la población balear sufre algún tipo de alergia, aunque las más habituales sean alimentarias o a los ácaros.
Las características de Mallorca que combina el polen de primavera con el ciprés en febrero y marzo o los ácaros en invierno hace que tengamos patología para todo el año. Sólo los meses de verano son más tranquilos.
Baleares es una de las comunidades con menos especialistas por población donde, además, sólo hay un único alergólogo en la sanidad pública, un problema reiteradamente denunciado por la sociedad científica.
En la actualidad, queda por ver cómo afectará a la población alérgica la retirada generalizada de la mascarilla. De momento, en los contagios de polen no está habiendo grandes diferencias con respecto a otras primaveras. Entre los pólenes que presentan una mayor incidencia en Mallorca está la parietaria o mollera roquera, que se trata de una planta que crece en muros y paredes.