Cada año centenares de fieles venidos de todos los rincones de la isla visitan la església de l’Anunciació de Palma para presenciar el Davallament del Crist de la Sang. Un momento que se vive con máxima emoción entre los devotos.
Sin embargo, en estos dos últimos años de pandemia esta tradición tan arraigada no ha podido celebrarse, hasta hoy. Faltando pocos minutos para las once y con la iglesia llena, ha llegado el momento más esperado: el Davallament del Sant Crist entre los aplausos y los vítores de los asistentes.
El prior de l'Anunciació, Lluc Riera, ha destacado que "el Sant Crist de la Sang es siempre un motivo de amor y devoción profundo para muchísimos mallorquines", añadiendo que "hemos recuperado una relativa normalidad y esperamos que este sea el inicio de la total normalidad".
El Crist de la Sang es una de las imágenes más veneradas de la isla. Una vez bajado y colocado en la nave central de la iglesia, los fieles han podido adorar la imagen, eso sí, debido a la COVID-19 este año no se puede tocar, ni besar al santo.
Este jueves, si la lluvia no lo impide, el Sant Crist de la Sang volverá a salir en procesión acompañado por sus fieles y devotos. Un recorrido que se iniciará a las siete de la tarde en la església de l’Anunciació. "Esperamos que no llueva porque sino no podrá salir en procesión, pero no, si Dios quiere no lloverá y dará una gran alegría a los fieles saliendo por las calles de Palma", ha afirmado Riera.
Por su parte el sobreposat Luis Alfonso Benito ha destacado que "para nosotros el inicio de la procesión es el momento culmen de todo el año, más que el davallament".