Miles de cofrades, después de dos años de no poderlo hacer, regresarán a las calles de Palma para acompañar a los pasos que representan la pasión y muerte de Jesucristo.
Lo harán con mascarilla todos los que no lleven puesta la caperuza, con la pauta de la vacunación completa y tras realizarse pruebas de antígenos de la Covid en las 24 horas previas a cada uno de los desfiles.
Además, los recorridos serán por las calles más anchas posibles y en trayectos más cortos para eliminar el contacto social de los asistentes.
De vuelta a la normalidad, tras la procesión de los Estandartes de este viernes, el Domingo de Ramos, desde las 6 de la tarde, saldrá de la iglesia de Sant Jaume y llegará hasta el convento de la Concepción la procesión que rememora la entrada de Jesucristo en Jerusalén, previa a su detención, martirio y crucifixión.
El lunes la cita es con Nostra Senyora de l’Esperança, a las 8 i cuarto de la tarde en la basílica de Sant Francesc; con el Crist de l’Agonia, a las 8 y media, en el convento de Santa Clara; y con el Sant Crist dels Boters, ya a las 9, en Sant Joan de Malta de la Lonja.
El martes procesionará la Verge Dolorosa a las 9 desde Sant Nicolau y hasta la iglesia de la Anunciación.
El Miércoles Santo, además del Davallament del Crist de la Sang, saldrá a la calle el Crist de Santa Creu a las 8 y media de la noche; y los cofrades del Camí de Getsemaní a las 9 desde los Sagrados Corazones en la barriada de La Soledad.
El jueves todo el protagonismo será para el Crist de la Sang, que recorrerá una versión reducida de su procesión tradicional desde la plaza del Hospital General y la Misericòrdia desde las 7 de la tarde, este año con regreso al mismo punto de salida y no a la Seu.
El Viernes Santo, finalmente, el ciclo se cierra con el Sant Enterrament, que saldrá, si nada lo impide, a las 7 de la tarde desde Sant Francesc para acabar, como es tradicional, en la iglesia dels Socors.