Alla es una de las muchas refugiadas ucranianas que han recalado en Mallorca huyendo del horror de la guerra. Lo hizo en barco junto al contingente de la Associació Per Ells, acompañada de su madre y su hijo, pero en Ucrania ha dejado a su padre.
"En Ucrania sigue mi padre y la pareja de mi madre. Estamos en contacto con ello.Les llamamos cada día y les preguntamos cómo están y si necesitan algo", asegura la joven refugiada.
Una vez a salvo, Alla decidió buscar una forma para tratar de ayudar a sus compatriotas, por ello, no dudó en unirse a los voluntarios que trabajan sin descanso en el antiguo Parque de Bomberos de ASIMA, gestionando todas las donaciones que llegan gracias a la buena voluntad de particulares, empresas y asociaciones.
"Se necesita ayuda. Estoy muy lejos de mi país pero yo quiero ayudar en lo que pueda desde Mallorca", señala Alla, añadiendo que "es el segundo día que vengo al antiguo Parque de Bomberos de ASIMA y colaboro en lo que puedo: colocando productos, haciendo cajas... lo que sea necesario".
Y como Alla, diariamente muchas personas refugiadas se unen a los voluntarios ayudando a descargar vehículos llenos de material solidario, a separar los productos y a organizarlos en cajas para posteriormente trasladarlos a la frontera.