Según el ministro de cultura y turismo del país, Nabi Avci, este incentivo financiero quiere "premiar a las empresas que aún siguen manteniendo al país entre sus rutas" y a la vez "volver a conquistar a todas aquellas que ya no operan en el país".
Casi todas las navieras importantes han retirado a Turquía de sus planes de viaje a causa de los problemas de seguridad que se han producido, como el intento de golpe de estado. Estas situaciones de terrorismo y miedo han provocado un descenso de los turistas que han optado por pasar sus vacaciones en otros destinos.
Avci señalo que 2016 fue "un año difícil para el sector" y que el número de visitantes que recibió el país se redujo un 30% respecto al año anterior, manteniéndose en la cifra de 25,3 millones. Asimismo, el gasto cayó un 29,7% registrándose 22.100 millones aproximadamente.
Por eso, el gobierno turco ha decidio dar un paso más y aspira a convertirse en uno de los tres principales destinos turísticos del mundo.