Así, una vuelta por Palmanova estos días basta para comprobar cómo la práctica totalidad de los establecimientos de la zona permanece todavía con las persianas bajadas.
Una fase de letargo que se espera abandonar en las próximas semanas, momento en el que se acelerarán las labores de limpieza y adecuación de las instalaciones. Todo para recibir a los turistas durante una campaña que el propio conseller de Turismo, Iago Negueruela, ha señalado como la de la recuperación total.
Un deseo que comparten todos los agentes implicados y que podría beneficiarse de la eliminación de buena parte de las restricciones que afectaban a la movilidad, tanto a nivel europeo como el referente al mercado británico.
La temporada, si Ómicron lo permite, está a punto de arrancar.