Una realidad a la que Cort pretende hacer frente aumentando su régimen sancionador, pero que de momento no ha surtido el efecto deseado
Así, el Ayuntamiento de Palma anunció la semana pasada que la multa por abandonar un vehículo en la vía pública pasará de 1.600 a 3.000 euros, en un intento por disuadir a los ciudadanos de llevar a cabo estas actuaciones incívicas.
Un campo de batalla al que también se le suma la lucha contra los graffitis en la capital balear. Pese a los esfuerzos de Cort, resulta harto complicado controlar la plaga de pintadas que asola a Palma en los últimos tiempos.
Los vecinos de la capital lamentan la imagen que en ocasiones presenta Ciutat, si bien es cierto que también reclaman una mayor responsabilidad individual.
"No toda, evidentemente, pero buena parte de la ciudadanía es bastante sucia", apunta una vecina de la capital balear, mientras que otro asegura que "las pintadas en las fachadas, en general, es lo único que se puede criticar en Palma". Otra señora, por su parte, manifiesta que "se debería priorizar más lo que es la limpieza".
Una limpieza que, según asegura otra de las encuestadas, es cuestión de barrios. "Hay zonas que están bastante bien conservadas, pero luego hay algunas que parece que no existen". Uno de los más castigados en las últimas fechas es el de Son Güells, cuyos vecinos lamentan sentirse abandonados por parte del Consistorio. Y es que a la presencia de una lancha abandonada en una de sus calles desde hace casi un año y medio, se le suman una gran cantidad de coches abandonados y un vertedero ilegal donde el pasado miércoles, incluso, se registró un incendio.