El equipo de Luis Enrique se mereció la victoria pero fue incapaz de aprovechar las buenas ocasiones que creó. Morata y Gerard Moreno, que salió en la segunda parte, no perforaron la portería defendida por Olsen. Sorprendió la suplencia del delantero del Villarreal.
La selección española no es favorita. Ni siquiera en Sevilla. Le queda mucho por atravesar para ganarse una condición que se merece con victorias, con goles, con argumentos mucho más rotundos, solventes y apreciables de los que propone hoy por hoy España, que juega bien a ratos, que no lo hacen bien en otros, que se estrella en su propia ineficacia ofensiva y que se percibe vulnerable atrás.
Finalmente hay que destacar el lamentable estado del terreno de juego. Es imperdonable que España juegue en Sevilla y se presente este césped.