Nadal ha ganado todo: 20 grandes en todas las superficies, 86 títulos ATP, 5 Davis, dos oros olímpicos, incluido el de dobles, pero el ATP Finals sigue escapando al español. Hace una década, o no jugaba o llegaba muy justo tras la exigencia de toda la temporada, y en sus últimos intentos se ha topado con una nueva generación capaz de todo. Entre ellos está su verdugo este sábado.
El mallorquín se llevó la primera manga sin la mejor de las sensaciones, sufriendo con los primeros servicios (40%) pero estando donde tenía que estar y decidiendo con soltura en los momentos importantes. Así le ocurrió con el 3-3, que acumuló hasta tres bolas de 'break' para poner la primer estaca en la espalda del ruso. El 4-3 fue una realidad para el balear y encaró con más confianza el resto del set.
El número dos del mundo, que sigue en busca de un torneo que se le resiste durante toda su carrera, sentenció la primera manga con otra rotura en 46 minutos. La mitad del trabajo ya estaba hecho. Eso sí, Medvedev no había dicho su última palabra. El ruso empezó el segundo set rompiendo a Nadal en el segundo juego. La noche se puso de cara hasta que solo sus propios errores dieron vida al español.
Del 4-1 y 15-40 a su favor, al 'tie-break'. Así se complicó la vida Medvedev, que combinó golpeos maestros con varias frivolidades. Rafa sacó tajada y llegó a ponerse 5-4 con saque a favor. Nunca tuvo el billete más cerca a la final en el último lustro y fue entonces cuando el moscovita metió la directa y se llevó el desempate por un claro 7-4. El partido se decidiría en el tercero y definitivo.
Todo siguió su curso hasta el séptimo juego, cuando Nadal entregó su saque y puso la alfombra para su rival. Medvedev, más fresco de piernas, devolvió absolutamente todo y no tuvo problemas para confirmar el 'break' y cerrar en su primera bola de partido. Un billete que le cita con Thiem este domingo en la final de un torneo que tendrá nuevo campeón.